LAS LUMINARIAS 2023 LLENARON FONTANAREJO DE UNA ANCESTRAL TRADICIÓN Y DE UN SINGULAR COSTUMBRISMO

11 05 2023

Acabamos de celebrar unas Luminarias 2023 que han sido intensas, extensas y, como siempre, muy gratificantes. Un año más Fontanarejo ha vivido su fiesta más ancestral e identitaria después de tres años de prohibiciones, restricciones y limitaciones por la pandemia. La coincidencia de que, una de las fechas más señaladas del calendario festivo local, como es el 30 de abril, cayera este año en domingo, ha propiciado una masiva participación del vecindario, de los fontanarejeños ausentes y de los muchos visitantes.

El ajetreo para acarrear romero de nuestros montes durante las jornadas previas, y sobre todo durante todo el día 30, fue incesante. Los haces de romero fueron llenando las aceras y puertas de las calles, en una estampa muy singular, en espera de que llegara la hora más estimada del mes de abril. Y así fue, a las 21 horas del anochecer  entre dos luces y al toque de la campana de la iglesia, se fueron encendiendo al unísono todas las lumbres. En pocos minutos se formó un gran y denso sahumerio que inundó todos los rincones del casco urbano de un intenso olor a romero y también de una contenida emoción salpicada de recuerdos a nuestros antepasados que, año tras año, encendieron puntualmente las lumbres de romero manteniendo vivo un ritual que ha trascendido de generación en generación a lo largo del tiempo.

Hay que reseñar una gran afluencia de niños, adolescentes y jóvenes por las calles de nuestro pueblo lo que supone una garantía para el futuro a la hora de mantener nuestro singular ritual. El relevo parece que lo tenemos asegurado y si hay sucesión se mantendrá la tradición de encender lumbres de romero cada 30 de abril al atardecer.

En alguna ocasión hemos comentado aquí, en este blog, que si por tradición entendemos el conjunto de patrones culturales que una generación hereda de las anteriores y los trasmite a las siguientes, esta cadena se ha mantenido fiel en nuestro pueblo hasta nuestros días. Los méritos, por tanto, los únicos méritos, son de todos nuestros paisanos a lo largo de los siglos que han mantenido encendido el rescoldo y la llama de una tradición que perdura.

Tras el encendido, llegaron las brasas y la degustación de viandas asadas a la parrilla, con un gran ambiente festivo y de concordia en calles, plazas y rincones de todo el pueblo.

Y a la media noche de la señalada fecha del 30 de abril, a las doce en punto, se cantó el singular mayo a la Virgen en el portalillo de la iglesia, como puede verse en una de las fotos adjuntas a esta reseña. Un canto coral que viene siendo también otra peculiar tradición en nuestro pueblo en el tránsito del mes de abril al de mayo.

PROCESIÓN DE SAN FELIPE Y SANTIAGO Y CRUZ DE MAYO

Siguiendo con otra de las costumbres locales, las imágenes de los patronos de Fontanarejo, San Felipe y Santiago, salieron el día uno en procesión por las calles, como puede apreciarse en las imágenes que acompañan a esta reseña. El recorrido procesional estuvo acompañado por una banda de música, con canto coral incluido, que interpretaron varias piezas y cantaron a lo largo del recorrido, con sucesivos ¡Viva San Felipe y Santiago!

La festividad y la tradición de la Cruz de Mayo también se ha cumplido, un año más, en nuestro pueblo. El salón parroquial albergó una singular y monumental Cruz de Mayo, con abundante tomillo y monte, que ha sido montada y adornada por la Asociación de Amas de Casa de Fontanarejo, como puede verse en imagen adjunta a este texto.

J. Muñoz Fernández

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LA ASOCIACIÓN AMIGOS DE LAS LUMINARIAS ENTREGÓ LOS GALARDONES “ROMEROS CENCÍOS 2023”

8 05 2023

LA VIVIENDA PARA PERSONAS MAYORES DE FONTANAREJO, ELOY MUÑOZ GONZÁLEZ Y ELOÍSA FERNÁNDEZ ROMERO RECIBIERON LOS PREMIOS

Si los aplausos son un buen baremo para evaluar toda respuesta positiva y espontánea, hay que reseñar como sobresaliente el acto de entrega de los galardones “Romeros Cencíos 2023”. Un encuentro  organizado por la Asociación de Amigos de las Luminarias de Fontanarejo y celebrado el pasado día 29 de abril en el Centro Social Polivalente de nuestro pueblo. Una entrega de merecidos premios que, un año más y tras el obligado parón por la pandemia, supuso un reencuentro de paisanaje, recuerdos y disfrute colectivo.

Comenzó el acto, coordinado y presentado por Silvia Muñoz, felicitando a los alumnos y a l@s maestr@s de la escuela pública de Fontanarejo por la elaboración de un mural sobre la tradición de “Las Luminarias”, que lucía de manera especial colgado sobre una de las paredes del recinto para disfrute visual del público asistente y que puede verse en una de las fotos que ilustran esta reseña.

El acto continuó con la proyección en gran pantalla de un documental fotográfico, elaborado y montado por Roberto García, con imágenes de los galardones Romeros Cencíos 2023: Vivienda para personas mayores de Fontanarejo, Eloy Muñoz González y Eloísa Fernández Romero.

La velada prosiguió con la entrega de diplomas y pañuelos a l@s fontanarejeñ@s nacid@s en los años 1954 y 1955, con motivo de su reciente jubilación y en reconocimiento “por mantener viva nuestra tradición”. Hubo una breve reseña de los acontecimientos y efemérides que ocurrieron en el Mundo, en España , en la provincia y en nuestro pueblo en esos dos años. Como dato destacado se hizo referencia a la inauguración de las escuelas públicas de nuestro pueblo, un acontecimiento que tuvo lugar en el mes de septiembre del año 1955, siendo los maestros de la época Doña Pilar Gómez Quinzaños y Don Miguel Crespo Baena. Las flamantes aulas, que supusieron un gran logro escolar, se ubicaron durante muchos años en el mismo lugar que ahora ocupa el Centro Social Polivalente.

PREMIOS DE FOTOGRAFÍA

La velada continuó con la entrega de los premios de fotografía que llevan el nombre y en recuerdo de “Román Fernández Martín”, que fue socio fundador de la asociación. El premio a la mejor fotografía, con la que se editó el calendario de bolsillo 2020, fue para Noelia Fernández Arcos y el premio a la fotografía artística lo obtuvo Carlos García Arcos. Ambos recibieron un panel con su fotografía ganadora grabada. En una de las paredes del centro estaban colgadas todas las fotos participantes en el citado concurso.

ROMEROS CENCÍOS

El momento central del acto llegó con la entrega de los galardones Romeros Cencíos, con los que la Asociación de Amigos de las Luminarias reconoce el esfuerzo, el trabajo y valores de personas, grupos o instituciones en su trayectoria profesional o vocacional.

La primera entrega fue a la Vivienda para personas mayores en nuestro pueblo, que funciona desde el año 2007 y dotada con 9 plazas de usuarios. Se hizo una reseña especial al trabajo y a la labor realizada a lo largo del tiempo y muy especialmente durante los años 2020 y 2021 mientras duró el confinamiento por la pandemia. Recogió el premio Pepa Martín en nombre de todas las auxiliares que trabajan o han trabajado y en nombre de todos los usuarios que están o estuvieron en el citado recinto.

A continuación se entregó otro galardón “Romero Cencío” a Eloy Muñoz González, por su testimonio de generosidad al hacerse cargo del cuidado de sus padres, dos grandes dependientes,  durante muchos años. Hubo un especial reconocimiento al hecho de que Eloy, “en un momento de la vida, tomó un camino de sacrificio por amor a sus padres, dos personas mayores”.

Y el tercer galardón como “Romera Cencía” fue para nuestra paisana Eloísa Fernández Romero, por su trayectoria profesional como enfermera durante 43 años en la sanidad pública. Eloísa decidió retrasar unos meses su jubilación para seguir trabajando en los momentos más duros de la pandemia. Además ha participado, de manera solidaria, en Guinea Ecuatorial en la formación de enfermeras para la apertura de un hospital.

El galardón que recibieron  consiste en un grabado de la fotografía institucional de las Luminarias, una foto del casco urbano de Fontanarejo de los Montes en pleno encendido de las lumbres de romero cada 30 de abril, personalizada con un reconocimiento a su labor y el característico pañuelo verde.

Se cerró la velada con la actuación de Alicia De Castro Castillo, con raíces fontanarejeñas, que interpretó varias piezas magníficamente tocadas al violín y muy aplaudidas por el público que llenaba el local.

Justo Muñoz

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FONTANAREJO VIVIÓ DOS BRILANTES E HISTÓRICAS CABALGATAS DE REYES MAGOS EN LOS AÑOS SESENTA DEL PASADO SIGLO

7 01 2023

NUMEROSAS PERSONAS ORGANIZARON Y PARTICIPARON PARA LOGRAR UNAS ESPECTACULARES REPRESENTACIONES CON TRES CARROZAS TIRADAS POR YUNTAS DE VACAS, CABALLOS EN LOS QUE CABALGABAN LOS REYES Y UN HERALDO, PAJES, PRINCESAS Y GRUPO DE PASTORCILLOS/AS, TODOS ATAVIADOS CON SINGULARES VESTIMENTAS

Fontanarejo organizó dos magníficas cabalgatas de Reyes Magos en los años sesenta del pasado siglo, con una espectacular puesta en escena que incluía tres engalanadas carrozas tiradas por yuntas de vacas, caballos en los que cabalgaban los tres Magos de Oriente y un heraldo; pajes, princesas, pastorcillos/as etc. Resaltar que todos los componentes que formaban la gran comitiva lucían vistosas y singulares vestimentas que tenían aún más valor al ser elaboradas, en su mayoría, de manera artesanal y casera.

Las dos grandes y recordadas cabalgatas tuvieron lugar en los años 1964 y 1965 y fueron impulsadas y promovidas por el cura de la época, José María García Muñoz, a través de la Junta Parroquial, una idea a la que se sumaron numerosas personas. Según cuentan algunos testigos presenciales, “se volcó el pueblo” para lograr unas impresionantes cabalgatas, que aún se recuerdan. Para ensalzar aún más la comitiva, las tres carrozas de los Reyes Magos se montaron sobre tres carros de los utilizados por aquél entonces para faenas agrícolas, a los que se había instalado, para realzarlas, algunas estructuras de madera llevadas a cabo en la carpintería del pueblo. Las carretas fueron adornadas con abundante monte (madroñas, romero, ramas de pino, etc), y también con colchas, sábanas tiras de papel etc. etc. Delante de cada carreta/carroza iban guiándolas los correspondientes yunteros perfectamente ataviados con sombrero, fajín, chaleco, leguis y “varinjá”, como puede verse en una de las fotografías adjuntas.

El primer año una de las carrozas simulaba un molino, otra carroza un pato y otra una cesta. Subidas en los singulares y engalanados carros iban las denominadas “princesas” ataviadas con llamativos trajes elaborados y bordados por ellas mismas que, junto con los pajes, que marchaban a pie, acompañaban en el cortejo a Melchor, Gaspar y Baltasar. Abría la gran comitiva un peculiar jinete vestido de heraldo quien, montado a caballo, anunciaba con sonido de trompeta la llegada de la espectacular comitiva con los tres Reyes Magos de Oriente. El papel de heraldo se encargó de llevarlo a cabo, de una manera muy brillante, Ángel Alcaide Espinosa, quien comenta que “aún conservo la trompeta con la que anunciaba la llegada de los Reyes Magos. Por otro, yo llevaba una colcha de mi madre con la que me cubría todo el cuerpo y la enorme colcha tapaba hasta la grupa y las ancas del caballo donde iba subido, también llevaba un gorro muy bonito que me habían bordado”, señala Ángel dando cuerda al recuerdo de una experiencia muy singular. (Ver foto adjunta donde aparece Ángel vestido de heraldo).

Las impresionantes comitivas salieron desde las antiguas escuelas al atardecer del día 5 de enero para recorrer las calles. Posteriormente el día de Reyes y, tras entregar los regalos en la Plaza Grande a la puerta del Ayuntamiento, hicieron el recorrido hasta la iglesia parroquial para la adoración al Niño. En ese trayecto, además de los tres Reyes Magos, pajes, “princesas” iban un grupo de niños y niñas vestidos de pastores y pastoras, como puede apreciarse en unas de las fotos que acompañan este texto.

Cuenta un paisano testigo y protagonista del acontecimiento, pues además salió de paje con el Rey Baltasar que, a falta de maquillaje, utilizaron corcha quemada para poder pintarse la cara de color negro.

Lo dicho, Fontanarejo vivió en los años sesenta unas cabalgatas de Reyes Magos muy brillantes que dejaron numerosas vivencias, recuerdos y anécdotas que aún hoy se refieren en conversaciones cuando, cada año nuevo, llegan estas fechas tan señaladas en el calendario festivo con el que se cierra el ciclo navideño.

Sirva esta reseña retrospectiva de las cabalgatas de los Reyes Magos de hace ya más de medio siglo en Fontanarejo para felicitar el año 2023, recién estrenado, y desear desde este blog un próspero y venturoso año nuevo.

Justo Muñoz Fernández

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ELOISA FERNÁNDEZ ROMERO RECIBE EL GALARDÓN “MONTEÑA DISTINGUIDA” 2022 EN UN ACTO CELEBRADO EN MENASALBAS

8 10 2022

LA ASOCIACIÓN CULTURAL “MONTES DE TOLEDO” RECONOCE EL GESTO DE NUESTRA PAISANA AL POSPONER SU JUBILACIÓN COMO ENFERMERA EN LOS MOMENTOS MÁS DUROS DE LA PANDEMIA DEL COVID19 Y SU TRAYECTORIA DE 43 AÑOS TRABAJANDO EN LA SANIDAD PÚBLICA

“ES UN HONOR PARA MI HABER SIDO DISTINGUIDA CON ESTE PREMIO, QUE QUIERO SEA EXTENSIBLE A TODOS LOS SANITARIOS MONTEÑOS, QUE SON MUCHOS Y MUY BUENOS PROFESIONALES”.

Merecido y aplaudido. La Asociación Cultural Montes de Toledo ha entregado el galardón “Monteña Distinguida 2022” a la enfermera fontanarejeña Eloisa Fernández Romero en un acto celebrado en Menasalbas, al que asistieron unas 400 personas.La prestigiosa entidad cultural, que acaba de cumplir 45 años en este 2022, reconoce con esta distinción el gesto de nuestra paisana al posponer su jubilación en los momentos más duros de la pandemia del Covid19 y también su trayectoria laboral al estar 43 años ininterrumpidos trabajando en la sanidad pública en nuestra provincia.

Previo a la entrega de los galardones se celebró el acto de la “XLII Llega Cultural de los Montes de Toledo”, que arrancó “al son de campana tañida”, (momento que recoge una de las fotos que ilustran este texto), rememorando así el ritual que, siglos atrás, se llevó a cabo en la Junta de Cuadrillas que tuvo lugar en Retuerta. En el encuentro de este año 2022 se dieron cita, además de 20 alcaldes de los 30 pueblos de la comarca, autoridades provinciales de Ciudad Real y Toledo, autonómicas y estatales que participaron en un acto donde se rememora desde hace 42 años las históricas “Llegas”, que recuerda la Junta de las Cuadrillas de Los Montes creadas para defender los intereses de los vecinos de los Montes de Toledo y que se celebraron desde el siglo XVII al XIX.

Tras levantarse el acta de la Llega 2022 en la que, entre otros asuntos, declara a la revista de Estudios Monteños de interés cultural para la comarca, el presidente de la Asociación Cultural Montes de Toledo, Vectura Leblic, dirigió unas palabras en las que además de otros asuntos históricos y reflexiones diversas, resaltó los 45 años que cumple la entidad.

Después se llevó a cabo el pregón y la lectura del acta de nombramientos y entrega de los títulos “Monteños distinguidos”, entre ellos el concedido a nuestra paisana Eloisa, en el apartado de Valores Humanos. Tras recoger y agradecer la distinción , “es para mi un honor”, dijo la galardonada, Eloisa dirigió unas palabras al público, que fueron muy aplaudidas por los asistentes, y señaló que “Quiero que este premio también sea extensible a todos los sanitarios monteños, que son muchos y muy buenos profesionales”.

El encuentro concluyó con una cena de hermandad celebrada en el centro social multiusos de Menasalbas.

Justo Muñoz Fernández

(Fotos A.C.M.T./E.F.R)

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VINO DE FONTANAREJO A LO LARGO DEL TIEMPO: DE LAS VIEJAS “CUEVAS”/BODEGAS DE ANTAÑO A LA VENDIMIA 2022

28 09 2022

EN NUESTRO PUEBLO, QUE YA PRODUCÍA VINO EN EL AÑO 1576, HAY ACTUALMENTE ALGÚN VIÑEDO Y MANTIENE PARAJES CON NOMBRES VITIVÍNÍCOLAS, COMO LA RAÑA DE LOS MAJUELOS O LAS VIÑAS

Fontanarejo ha cultivado el viñedo a lo largo del tiempo. Desde las plantaciones actuales que mantienen algunos paisanos nuestros -(hace unos días asistimos presencialmente a la vendimia 2022 en uno de los plantíos más próximos al casco urbano)-, pasando por las cepas existentes durante las últimas décadas en conocidos parajes; a la ya muy lejana elaboración de vino muchos siglos atrás. En las “Relaciones topográficas del rey Felipe II”, al indicar la producción local fontanarejeña, se deja constancia de que hay “escaso trigo, vino y es abundante la miel, la cera y algo de ganado”. Así lo reflejan por escrito los enviados de la Corona que visitaron Fontanarejo un 7 de febrero del citado año 1576. En el referido documento se deja constancia que las tierras de Fontanarejo estaban cubiertas de carrascos, jara y alcornoques, bosques en los que, por aquél entonces, “se crían jabalíes, lobos, zorros, osos y otros animales feroces”, según recoge el escrito. La población que había en ese momento era de 200 vecinos que vivían de las labores de la tierra y de las colmenas.

Añadir que algunos testimonios verbales que hemos escuchado a lo largo de las últimas décadas nos indican que antaño venían,desde algunos lugares próximos de Extremadura, hasta nuestro pueblo para aprovisionarse de vino.

Por otro lado, el municipio conserva aún al menos dos parajes rurales con nombres netamente vitivinícolas como son Las Viñas y la Raña de Los Majuelos. En ambos lugares hubo plantadas cepas y de ahí sus orígenes denominativos. Años atrás el vino que se producía era blanco y, en la mayoría de los casos, se tenía para el autoconsumo familiar. Lastareas para la elaboración del zumo eran totalmente artesanales/manuales con el pisado de las uvas que se llevaba a cabo estrujando los racimos a pie descalzo en un artesanal “banco” de madera que, en algunas ocasiones, se utilizaba también pasa pisar las aceitunas.

Dejar constancia también, como testimonio evidente, que aún existen en el casco urbano de nuestro pueblo restos de varias antiquísimas bodegas, denominadas “cuevas” en el lenguaje más popular y descriptivo. Me refiero a las ubicadas en la calle Empedrada, Travesía de Alcoba y Plaza de la Constitución, como puede apreciarse en las fotos que acompañan a este texto. En alguna de estas “cuevas”/bodegas, -y lo pudimos ver en la visita que realizamos tiempo atrás-, aún quedan incluso huecos en las paredes que debieron “abrazar” las singulares e históricas tinajas, donde se depositaba el vino, que albergaron aquellos viejos lugares de la arquitectura subterránea fontanarejeña.

Añadir, por último, que en numerosas fachadas y casas de nuestro pueblo hubo, tiempo atrás, numerosas “parras urbanas” que ya han desaparecido casi todas, salvo los escasos testimonios que aún quedan visibles/disfrutables, como puede leerse en otro reportaje en este mismo blog. (1)

VENDIMIA 2022

Hace unos días vimos a nuestro paisano Celedonio Muñoz García llevando a cabo la vendimia de este año 2022. Cele, que es un experto enólogo, nos comentó, a pie de parras que, pese a las elevadísimas temperaturas del flamígero verano que hemos vivido, “está siendo una cosecha de uva sana, sin enfermedades y en cuanto a peso es prácticamente igual que la última cosecha. El vino, con todos los parámetros analíticos ya realizados, es de una gran calidad”, señaló.

Celedonio nos explicó detalladamente que tras la corta de los racimos de la variedad merlot, que tuvo lugar con la fresca y a primera hora de la mañana, se lleva a cabo toda una precisa cadena de meticulosos trabajos para la elaboración del vino. Actualmente, según nos explicó Cele, el método es más mecánico a través de una máquina que funciona a motor: vertido de los racimos en una tolva que, a través de un sinfín, va eliminando los raspones con una despalilladora, hasta que una estrujadora mecánica va obteniendo el líquido que se vierte en un depósito, como puede apreciarse en algunas de las fotos adjuntas a este texto. Pasados dos días se canaliza el líquido a otro depósito en el que fermenta hasta que se lleva a cabo el denominado “descube”. Y ahí queda reposando un tiempo el preciado zumo hasta que llega el momento de trasegar y pasar el vino a las barricas /toneles de roble para, posteriormente, proceder al embotellado.

Celedonio, que ha sido durante muchos años presidente del Club de Vinos de Ciudad Real y ha impartido charlas y catas vitivinícolas comentadas en numerosos lugares, incluida la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), cultiva en nuestro pueblo desde el año 2000 una viña que está ubicada en el paraje de “El Prado”. De los racimos que saca de esas cepas fontanarejeñas elabora un vino tinto de autor que denomina y etiqueta “Pago de los Montes”. Las mejores últimas añadas, según refiere nuestro paisano, han sido las de 2013, 2014 y 2017. Casi 500 años nos contemplan desde aquél histórico 1576, que ya ha llovido y ha hecho calor desde entonces!.

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Justo Muñoz Fernández

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ENCUENTRO EN VALDEPAJARES (CASILLA DE ELOY): UN DISFRUTE DE PAISANAJE, PAISAJE Y COMIDA CASERA EN TIEMPOS DIFÍCILES

10 03 2022

ENTRE LOS ASISTENTES ESTUVO ANTONIO PASCUAL COLÁS, MAESTRO EN FONTANAREJO ENTRE 1959 Y 1973, Y SIETE ANTIGUOS ALUMNOS

Quedamos en vernos un día de este invierno del nuevo año 2022 en el pueblo, al aire libre y con una hoja de ruta bien sencilla: charlar, comer, paseary disfrutar de un entrañable paisanaje y un extraordinario paisaje. Pensábamos que nos vendría bien a todos para “oxigenarnos anímica y emocionalmente”, un “oxígeno emotivo”que tanto estamos necesitando en estos tiempos tan difíciles.

Y eso es lo que hicimos,hace ya unos días, un grupo de amig@s en el impresionante paraje de Valdepajares, en la singular casilla de Eloy, en un día soleado y espléndido. Asistió al encuentro Antonio Pascual Colás, que fue maestro en nuestro pueblo durante catorce años,desde 1959 a 1973.Y entre l@s asistentes estábamos también siete fontanarejeños que,en los años cincuenta, sesenta y setenta, fuimos a la escuela con Don Antonio Pascual: Enrique, Ceferino, Juanma, Federico, Eloy, Justo y Eloy. Los siete antiguos alumnos nos hicimos una foto con nuestro recordado maestro, como puede apreciarse en una de las imágenes que acompañan a este texto.

Conversar con Antonio Pascual es siempre un disfrute pues, además de haber ejercido muchos años como maestro, es un erudito en cine, un viajero empedernidoy un lector constante. Pero si, además, la conversación fluye durante una relajada jornada en un paraje rodeados de morros en Fontanarejo y con una riquísima cocina casera, el disfrute es total. Degustamos, dicho sea de paso, un riquísimo asadillo, una exquisita asadurilla de cordero frita con cebolla/pimientosy unas riquísimas chuletas de cordero lechal asadas a las brasas.

En la larga e interesante tertulia hablamos sobre todo de la escuela de antaño, allá por los años sesenta, cuando Don Antonio Pascual Colás ejerció como maestro en la escuela pública en nuestro pueblo. Y surgieron un buen catálogo de vivencias y anécdotas en el entorno escolar y social de aquélla época. También vimos un amplio catálogo de fotos retrospectivas sobre las escuelas de entonces, instantáneas que sirvieron para dar cuerda al recuerdo de unas aulas con pupitres de madera, tinteros, pizarra con sus tizas, estufa de leña etc.

Estábamos tan agusto que nos quedamos allí, en Valdepajares, hasta casi la media noche y terminamos catando una sabrosa morcilla de Burgos. Pudimos gozar de un impresionante y precioso atardecer entre montes llenos de jarales, brezos, romero, tomillos etc. Y, tras la puesta de Sol, disfrutamos de una preciosa luna y de unas estrellas que brillaban por todo lo alto en una bóveda celeste que es especialmente nítida en muchos parajes fontanarejeños.

Lo dicho una jornada completa que sirvió, entre otras cosas, para mejorar la recuperación emocional y los ánimos en estos tiempos salpicados de dificultades, angosturas y temores.

J. Muñoz Fernández

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LAS “REDES SOCIALES” DE ANTAÑO EN FONTANAREJO: LA BARBERÍA, EL ARROYO Y LA FRAGUA ERAN SITIOS PARA LA COMUNICACIÓN

22 09 2021

“Los hombres en la fragua lo cuentan todo, igual que las lavanderas en el arroyo”. (Letrilla de la época)

Situémonos en el Fontanarejo del siglo pasado y recordemos que hace tan solo sesenta años, en 1960, nuestro pueblo tenía censados 1.023 habitantes. La agricultura y la ganadería eran las actividades principales en un municipio en el que las tareas agropecuarias suponían el sustento y la principal fuente de ingresos para la mayoría de las familias.

En 1970, por citar un año de referencia, en nuestro pueblo había 170 cabezas de ganado vacuno, muchas de ellas destinadas a yuntas para las tareas del campo. Añadir que la cabaña ganadera por aquél entonces era, además de las vacas, de 3.000 cabezas de ganado ovino, 2.800 de cabrío y 154 de caballar.

En ese contexto socioeconómico, y en el mismo año 1970, un estudio refiere que había en Fontanarejo 13 televisores, de los cuáles seis estaban instalados en locales públicos: Teleclub y bares. Otros medios audiovisuales eran, en el citado año, 7 tocadiscos, 3 magnetófonos, 3 proyectores de diapositivas y una máquina de cine de 16mm.

Por otro lado, nuestro pueblo en marzo de 1970 carecía de agua corriente y las casas se surtían de agua de las cinco fuentes públicas que existían en diferentes puntos del casco urbano.La ropa se lavaba en el arroyo hasta la .inauguración del lavadero público (adjuntamos una foto del singular edificio), que contaba por aquél entonces con 30 pilas y tres duchas.

Dicho todo lo anterior, imagínense el ajetreo diario que se debía registrar en tres sitios concretos: La fragua, donde se acudía para herrar a los animales, para aguzar las rejas, los azadones etc., el arroyo, a donde había que desplazarse con las cestas para lavar y tender la ropa; y la barbería, a donde se iba para afeitarse y cortarse el pelo (adjuntamos dos fotos del local que albergaba una de las antiguas barberías/peluquerías ubicada en la Plaza Chica). En definitiva, que estos tres espacios eran el escenario ideal para la plática y también para contar y enterarse de las cosas que sucedían en nuestro pueblo (“las noticias, vuelan”, que dice el dicho.

La barbería, el arroyo y la fragua, eran entonces en nuestro pueblo, por decirlo en lenguaje actual, las “redes sociales”. Y hubo un tiempo que funcionaron en Fontanarejo hasta tres fraguas, dos barberías y numerosos parajes en regueros y arroyos de nuestro término municipal donde se lavaba la ropa. ¡Qué ambientazo debía haber en los amaneceres de antaño (fraguas), en los atardeceres de entonces (barberías) y en las horas centrales del día (arroyos). Cuentan algunos testimonios como, sobre todo en invierno o en días de lluvia y al rescoldo de la estufa bien alimentada de cepas, había algunos clientes que pasaban largos ratos en la barbería dándole al palique o haciendo acopio de novedades locales.

Hay que señalar también, según los testimonios recabados entre paisan@s, que en aquéllos espacios, y tal como establecían las normas sociales de la época, estaban limitados/vetados a las mujeres, en el caso de la fragua y la barbería; y a los hombres en los lugares donde se lavaba la ropa en el arroyo.

Una letrilla de una jota de la época lo definía así: “Los hombres en la fragua lo cuentan todo, igual que las lavanderas en el arroyo”.

Años atrás me contaba, con mucho gracejo, una paisana ya fallecida, el singular método que utilizaba cuando lavaba en el arroyo para avisar a su novio, que estaba alejadísimo del cauce cuidando el ganado, que podía acercarse para verla y charlas un rato. Cuando esta mujer observaba que ya no había ningún tipo de presencias molestas ni de inconvenientes, se ponía a cantar a voz en grito esta letrilla:” Me pareces un ladrón/con ese sombrero gacho/ me pareces un ladrón/ yo no digo de dinero/digo de micorazón”. Y este cántico jotero era la contraseña secreta que tenían acordada entre la pareja para que el hombre, que más tarde fue su marido, supiera, al escuchar el singular cántico, que podía acercarse para verla a pie de charco y de piedra de lavar. ¿Se imaginan la escena?

Lo dicho, la fragua, el arroyo y la barbería eran espacios de comunicación en los que se sacaban a relucir las novedades y los temas más variopintos del momento. Eran, llevado al lenguaje más actual, las “redes sociales” de antaño en nuestro pueblo.

Justo Muñoz Fernández

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SEGUNDAS «LUMINARIAS» CELEBRADAS EN LA DISTANCIA

3 05 2021

UN GRUPO DE AMIGAS Y AMIGOS “CELEBRAMOS” LA  FIESTA DE LAS LUMINARIAS, VÍA INTERNET, QUEMANDO ROMERO VERDE EN DIFERENTES UBICACIONES GEOGRÁFICAS Y A DISTANCIAS CONSIDERABLES.

Se veía venir dada la situación sanitaria que estamos viviendo. Convencidos que no podríamos desplazarnos a nuestro querido pueblo, decidimos ponernos de acuerdo en celebrar las Luminarias mediante un encuentro virtual.

 De esta forma festejamos nuestras Luminarias,  que para nosotros los fontanarejeños tienen un valor identitario.

Nos proveímos de ramitos de romero y  a las nueve de la tarde, al toque (grabado de la campana de nuestro pueblo), encendimos nuestras pequeñas lumbres de romero verde,  procediendo con las preceptivas vivas a las Luminarias y a San Felipe y Santiago. Nos sentimos “conformes”, pero  todo  con dolor y tristeza contenida.

Los participantes viven en: Ávila,  Coslada, Leganés, Madrid, Móstoles, Elche, Huéscar y Newton Abbot (Reino Unido). Ciudades y pueblos que pertenecen a cuatro comunidades autónomas y a otro país: Castilla León, Madrid, Valencia y Andalucía, y  el pueblo Newton Abbot que se integra en el condado de Devon en Inglaterra. La diversidad geográfica manifiesta que los fontanarejeños son fieles a  cumplir con su acervo cultural. La distancia no fue óbice para vernos y charlar amenamente sobre la fiesta y lo que supone para nosotros: su origen, la evolución y nuestros recuerdos a lo largo de los años. Hubo un anhelo de esperanza que nos sitúa en nuestro pueblo el próximo año, para celebrar la fiesta como siempre la hemos vivido.

Juan Manuel Gómez Fernández

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CELEBRAMOS UN “CIBER DÍA DEL LIBRO 2021” CON LECTURAS LITERARIAS A CIENTOS DE KILÓMETROS DE DISTANCIA

26 04 2021

TEXTOS DE “DON QUIJOTE DE LA MANCHA” Y DE “EL BALCÓN EN INVIERNO”, EN UN ENCUENTRO VIRTUAL LLENO DE RECUERDOS Y DE PAISANAJE

Distinto y distante. Decidimos celebrar el 23 de abril 2021, “Día del Libro”, por todo lo alto, dicho sea en término de los autores elegidos para la lectura Online y del momento vivido con un “video encuentro” que tuvo lugar a las doce horas del medio día. La mayoría de los textos leídos y escuchados fueron de Miguel de Cervantes sacados de su simpar “Don Quijote” con reflexiones, dichos, sentencias y refranes del singular Hidalgo y de su escudero Sancho. Salieron a relucir párrafos de los capítulos I, VII y XVII de la histórica novela que escuchamos con atención y hasta aplaudimos al terminar cada turno.

Cerramos las lecturas con un texto del escritor extremeño Luis Landero, autor de obras que ya forman parte del mejor catálogo de la narrativa española actual. En este caso fue de su obra “El Balcón en invierno”, que retrata y refleja sus recuerdos infantiles en una familia de labradores.

Las lecturas, elegidas previamente por los participantes, nos reconfortaron en tiempos tan difíciles. Y lo hicimos en la gran distancia, a cientos de kilómetros,- (Madrid, Ávila, Móstoles y Elche)-, en tres comunidades autónomas distintas y distantes: Castilla y León, donde ese día era fiesta autonómica; Madrid y la Comunidad Valenciana. En el “encuentro virtual” mantuvimos el permanente recuerdo de nuestro pueblo, Fontanarejo, al que muchos no vamos desde hace varios meses cumpliendo con la normativa y con las restricciones por el estado de alarma.

Habíamos quedado previamente para celebrar el “Día del Libro 2021” de esta inédita y singular forma. La videollamada, a la que tanto nos estamos acostumbrando/adaptando, nos permitió vernos y escucharnos en la larga distancia. Tras hablar un rato de la insólita situación que nos ha tocado vivir debido a la pandemia, de las vacunas y de los ya vacunados del grupo y de nuestro querido pueblo pasamos, como ya se ha dicho, a leer y a disfrutar de algunos pasajes del siempre recordado “Don Quijote de la Mancha”; y del entrañable “Balcón en invierno”.

Lo dicho, una celebración del “Día del Libro 2021” distinta y distante, que recordaremos como el año en el que la alerta sanitaria por la pandemia nos llevó a leer y a escuchar interesantes textos literarios en y desde nuestros domicilios.

J. Muñoz

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SEMANA SANTA 2021: GASTRONOMÍA TÍPICA FONTANAREJEÑA EN LA GRAN DISTANCIA

3 04 2021

EN MADRID, MÓSTOLES, ÁVILA Y ELCHE COMIMOS ALGUNOS DE LOS PLATOS MÁS TRADICIONALES QUE SE PREPARAN EN NUESTRO PUEBLO DURANTE EL JUEVES Y VIERNES SANTOS: POTAJE CON COLLEJAS, TORTILLA DE ESPÁRRAGOS Y DE ESPINACAS, “SAPILLOS” Y TORRIJAS

Comimos, -cada uno en nuestra casa y a cientos de kilómetros de distancia-, algunos de los platos fontanarejeños más tradicionales que se preparan cada año en nuestro pueblo durante el Jueves y el Viernes Santos: Potaje con collejas, tortilla de espárragos, tortilla de espinacas, “sapillos” y torrijas, tal como puede observarse en las fotografías que acompañan este texto. Y lo hicimos, cumpliendo con las normas establecidas debido a la pandemia, muy lejos de Fontanarejo y en tres comunidades autónomas distintas y distantes: Castilla y León, Madrid y la Comunidad Valenciana. En este caso, en Madrid, Móstoles, Ávila y Elche, donde tenemos nuestros domicilios, se llenaron nuestras mesas de la tradición culinaria más fontanarejeña en estos días de la Semana Santa 2021.

Hicimos fotos de los platos típicos que habíamos preparado y nos los mostramos a través de una larga videollamada, tan al uso comunicacional durante estos tiempos tan difíciles. La conexión sirvió para recordar como nuestros antepasados mantuvieron viva esta tradición culinaria, que recibieron de anteriores generaciones, la conservaron y la supieron trasmitir para que se mantenga en auge en nuestros días. Salieron a relucir los caldillos, las pelluelas y los guisos “semanasanteros” que con tanto esmero y buen gusto preparaban, guisando en las cocinas que, por aquél entonces, solían ser a base de leña, cepas y “verdiones”. Eran, sin duda, tiempos duros en los que, llegados los días centrales de la Semana Santa, se disfrutaba de una magnífica y abundante comida. Seguramente de tan extraordinario costumbrismo culinario salió este dicho popular tan contundente que se decía en nuestro pueblo: “Tres días hay en el año que se llena bien la panza, Jueves Santo, Viernes Santo y el día de la matanza”. Una expresión que también referimos en un momento de la charla Online.

En otro rato de la plática, echamos la vista atrás para comentar como a los pastores, cabreros y vaqueros que no podían venir a sus casas durante el Jueves y Viernes Santo, se les llevaba el hato hasta las majadas con los platos de vigilia a base de potaje, tortilla de espárragos, escabeche, natillas etc. Hasta ahí se respetaba la tradición culinaria local. Y en ese entrañable e histórico escenario, recordamos también con cuanta maña se “sellaban” antaño las tapaderas de los pucheros para que no se vertiera su contenido en el transporte durante el camino, que solía ser andando o en caballería. Tan peculiar “lacrado” se realizaba, con gran destreza, con una “masilla” artesana hecha a base de miga de pan remojada que, cuando se endurecía, tapaba a cal y canto cualquier agujero. ¡Qué ingenio!

La Semana Santa 2021 la recordaremos como un tiempo de pandemia en el que muchos no pudimos desplazarnos hasta nuestro pueblo para poder disfrutar allí de una abundante y singular tradición culinaria.

Hay que volver a recordar que, además de los actos litúrgicos propios de la Semana de Pasión, en Fontanarejo se mantiene aún muy viva la rica gastronomía que hemos referido y que tiene también un máximo exponente para los más “galgos”/golosos con los deliciosos “canutillos” y las dulcísimas rosquillas fritas en aceite y recubiertas con azúcar.

En este mismo blog puede leerse una reseña más amplia y detallada sobre los platos típicos “semanasanteros” a los que nos hemos referido, y que fue también publicada, años atrás, en una página del diario LANZA, que se adjunta a este texto.

J. Muñoz

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ELOÍSA FERNÁNDEZ ROMERO: “YO LES DIRÍA A LAS NUEVAS ENFERMERAS QUE SE INCORPORAN: TRATAD SIEMPRE A LOS PACIENTES COMO OS GUSTARÍA QUE OS TRATARAN A VOSOTRAS” .

17 03 2021

ME HE SENTIDO, COMO ENFERMERA Y COMO MUJER, PLENA EN MI LABOR PROFESIONAL CON MI TRABAJO Y CON LO QUE PARA MI ES UNA PASIÓN. HOY ES UN DÍA DE AGRADECIMIENTO POR MI PARTE”.

NUESTRA PAISANA Y ENFERMERA FONTANAREJEÑA ELOÍSA FERNÁNDEZ RECIBE, EN UN EMOTIVO ACTO, EL V PREMIO POR LA IGUALDAD QUE CONCEDE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL

La enfermera fontanarejeña Eloísa Fernández Romero acaba de recibir, en un acto muy emotivo, el V Premio por la Igualdad que entrega la Diputación Provincial cada 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres. Fue el presidente de la institución provincial, José Manuel Caballero, el encargado de entregar la estatuilla/galardón a nuestra paisana Eloísa con la que se reconoce su trayectoria profesional, tras 43 años consecutivos trabajados en la Sanidad pública ,-(tres años en el Hospital de Valdepeñas y 40 años en el Hospital General de la capital),- y su decisión personal, el pasado mes de marzo de 2020, de renunciar y posponer su jubilación durante unos mes y continuar trabajando como enfermera en momentos muy críticos y duros de la pandemia.

Al acto, celebrado en el patio de la Diputación con todas las medidas y restricciones anticovib, asistieron representantes de instituciones autonómicas y provinciales, así como el gerente y el director de Enfermería del Hospital General de Ciudad Real donde Eloísa Fernández ha trabajado durante los últimos 40 años.

Previo al acto de entrega del galardón se proyectó un vídeo/documental en el que Eloísa explicaba su decisión personal de prorrogar su etapa laboral hasta el día 1 de septiembre de 2020; a la vez que enviaba este mensaje/reflexión: “Yo les diría a las nuevas enfermeras que se incorporan que siempre piensen que el que está enfrente sois vosotras, ¿cómo os gustaría que os trataran?, pues así tenéis que tratar siempre a los pacientes”.

Al acabar la proyección, habló Eloísa quien tras enviar un saludo a todas las autoridades asistentes y dar las gracias a las mujeres que forman el Foro Provincial de Políticas de Igualdad por la distinción concedida dijo que“hoy es un día de agradecimiento por mi parte; y este reconocimiento, aunque esté centralizado en mi persona, quiero hacerlo extensible a todos mis compañeros y compañeras”

Eloísa hizo una breve síntesis sobre la profesión de enfermera a lo largo de la Historia y se refirió a una mujer, Florence Nigthingale, como “la persona que puso en valor esta profesión, una mujer –dijo Eloisa-que como tantas otras única, que frente al futuro que la sociedad, la tradición y la familia, la tenían reservada, decidió cambiar, no solo su futuro, sino el de esta profesión que es la Enfermería. Vaya desde aquí mi homenaje a este ejemplo de mujer, que fue el referente de formación, Ciencia y organización y que posibilitó hacer de la Enfermería lo que hoy es, una Ciencia en igualdad con el resto de profesiones sanitarias”.

En un momento de su intervención, Eloísa señaló que“la profesión de Enfermera, ha sido claro escaparate de la gran potencialidad que tiene la mujer en el entorno laboral, y como tal me he sentido, como enfermera y como mujer, plena en mi labor profesional con mi trabajo y con lo que para mí es una pasión. Es por ello, que no podría dejar pasar esta oportunidad, para agradecer este reconocimiento personal y profesional que realizan a la Enfermería, pues por naturaleza la enfermera es estar cerca del que nos necesite y en estos momentos de pandemia es toda la sociedad”

En un momento de su discurso Eloísa Fernández quiso rendir “un homenaje a todos los sanitarios, enfermeras, médicos que nos dejaron por cuidar a otros”.

Concluyó su alocución, que fue muy aplaudida, diciendo que “a mí solo me falta decirles gracias, gracias, gracias” y acabó sus palabras citando un proverbio africano que dice: “Si las mujeres bajaran los brazos, el cielo se caería”.

Al acto de entrega del galardón asistieron la hermana de Eloísa, Inmaculada, también enfermera de profesión; y su prima Silvia, a quienes dirigió unas emotivas palabras como saludo al inicio de su intervención.

En Fontanarejo, nuestro pueblo, y gracias a las nuevas tecnologías, la madre de Eloísa, la tía Cele; y sus tías, Dani y Silvia, pudieron seguir en directo Online el emotivo acto de entrega del importante galardón a nuestra paisana. Enhorabuena, de nuevo, Eloísa, por esa merecida distinción.

J. Muñoz

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LA ENFERMERA FONTANAREJEÑA ELOÍSA FERNÁNDEZ ROMERO, GALARDONADA CON EL V PREMIO POR LA IGUALDAD QUE OTORGA LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL

28 02 2021

Nuestra paisana recibirá la distinción como reconocimiento a su trayectoria profesional y por haber retrasado su jubilación laboral y seguir trabajando durante la primera ola de la pandemia en el Hospital de Ciudad Real

“MÁS QUE UN ACTO DE VALENTÍA, FUÉ UN ACTO DE RESPONSABILIDAD. EN MOMENTOS TAN CRÍTICOS TODAS LAS MANOS SON POCAS”

La enfermera fontanarejeña Eloísa Fernández Romero va a recibir, el próximo día 8 de marzo, el Premio por la Igualdad, un galardón que concede la Diputación provincial de Ciudad Real, con el que se reconoce su larga trayectoria laboral en el Hospital General Universitario de Ciudad Real y también la decisión personal, que tomó en el mes de marzo del pasado año, al retrasar su jubilación para seguir trabajando como enfermera durante la primera ola de la pandemia. Finalmente se jubiló el pasado uno de septiembre de 2020, tras estar 43 años ininterrumpidos trabajando en la Sanidad Pública.

La distinción, que concede desde hace 5 años el Foro Provincial Permanente de Políticas de Igualdad de Género, se entregará en un acto que tendrá como escenario las instalaciones de la Diputación Provincial. El citado foro valoró, en una reunión virtual celebrada hace unos días, las distintas candidaturas presentadas y se inclinó por reconocer la labor de Eloísa Fernández por su dilatada tarea en el Hospital General ciudarrealeño y su “prórroga laboral”, al renunciar durante unos meses a su jubilación, un esfuerzo que se ha valorado como muy importante durante la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.

Eloísa, que anteriormente coordinaba los servicios de Pediatría, Hospital de Día Médico y Digestivos; en su etapa de “prórroga laboral” organizó y coordinó la Enfermería de una planta Covid del citado centro sanitario. Nuestra paisana Eloisa, que ha trabajado durante 43 años como enfermera, -tres años en el Hospital de Valdepeñas y 40 en el Hospital General Universitario de Ciudad Real-,  asegura que no sólo no se arrepiente de aquella decisión, sino que volvería a hacer lo mismo, “pues en momentos tan críticos todas las manos son pocas. Más que un acto de valentía fue un acto de responsabilidad”, comenta muy serena. Eloísa a la vez que destaca que “será un premio que recogeré yo, pero el mismo es un reconocimiento para todo el personal sanitario, enfermeras, auxiliares, médicos, celadores, etc, etc, que estuvieron trabajando en la primera ola y que y sigue trabajando intensamente ahora mismo en esta crisis sanitaria”.

Eloísa Fernández comenta que “nunca había vivido nada igual ante una pandemia tan inesperada como desconocida”; a la vez que señala que durante unas semanas, durante los momentos más complicados de la denominada primera ola, «sólo había tristeza y silencio en medio de un intenso trabajo del personal sanitario. Fueron momentos muy duros y difíciles», asegura nuestra paisana ahora galardonada.

Prensa, Radio y Televisión, entre otros medios de comunicación, se han hecho eco durante estos últimos días de este importante galardón y Eloísa está siendo noticia, positiva y resaltada. Los diarios LANZA y LA TRIBUNA de Ciudad Real, las emisoras Cadena SER y Onda Cero, la Televisión Autonómica de Castilla La Mancha etc, han ofrecido reseñas y entrevistas con nuestra paisana, como puede apreciarse en algunas imágenes adjuntas a este texto.

Desde su jubilación el pasado mes de septiembre, Eloísa pasa ahora la mayor parte de los días en nuestro pueblo, cuidando a su madre, la tía Cele; y también haciendo rutas a pie disfrutando del paisaje de nuestro singular término municipal, como se aprecia en algunas de las fotos adjuntas.

Enhorabuena, Eloísa, por ese galardón que te mereces por tu buen hacer laboral y por esa determinación personal y profesional de retrasar tu jubilación, una decisión valiente que aplaudimos desde este blog fontanarejeño.

J.Muñoz

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“LA HORA DEL GAZPACHO”: UN MOMENTO MUY ESPERADO CUANDO SE TRILLABA EN FONTANAREJO

2 07 2020

EL RATO MÁS ANSIADO A PIE DE PARVA, JUNTO CON LA HORA DEL ALMUERZO POR LA MAÑANA A BASE DE MIGAS, SE REGISTRABA A ESO DE LA MEDIA TARDE, EN PLENO RESISTIDERO

LA “CAIDA DE LA SOMBRA” DE LA CAPILLA DE LA IGLESIA ERA EL RELOJ QUE MARCABA EL INSTANTE DE VOLVER LA PARVA Y DE SOLTAR LAS YUNTAS AL MEDIO DÍA PARA IR A COMER

Justo Muñoz Fernández

Las duras tareas del verano de antaño en Fontanarejo, que se iniciaban con la siega a mano de avenas, cebadas, centenos y trigos, tenían su momento más álgido en la era. Día a día, y de sol a sol, el achicharrador escenario estaba marcado por diversos momentos que se sucedían casi a diario: El “sacado” de la mies en carros de yuntas, las hacinas repletas de haces, la trilla, la vuelta de la parva, el amontonado, la posterior limpia del grano y la tarea final de encerrar la paja. Horcas, palas, rastros, bieldas, “amontonaores”, escobas, arneros etc. eran algunos de los utensilios que se manejaban en la era para llevar a cabo tan rutinaria y dura faena.

Las calurosas jornadas de trilla suponían el instante en el que entraba en acción la muchachada quien, estoicamente en el trillo y controlando la yunta con el ramal, contribuía al duro quehacer de triturar la mies dando vueltas a la parva, que mermaba y terminaba “hecha polvo” bajo el pedernal.

Y en medio de esa dura y “cansina” tarea que suponía el trillar durante horas y horas, había dos momentos muy esperados y celebrados a lo largo de cada jornada: La hora del almuerzo, que solía ser a media mañana y casi siempre a base de migas; y la hora del gazpacho, a media tarde. De ambos instantes, y sin desmerecer las ansiadas migas mañaneras, se llevaba la palma la “hora del gazpacho””. Era un momento sublime que se registraba cada tarde sobre las 17,30 y las 18 horas, en pleno resistidero, que la Real Academia define bien como “tiempo después del medio día en que aprieta más el calor”.  “La hora del gazpacho” marcaba un antes y un después en la soporífera jornada vespertina. A partir del gazpacho hacía ya menos calor, o al menos así lo percibíamos los “trillaores” de entonces. Y eso que, por aquellos años sesenta, no había frigoríficos en casi ninguna de las casas del pueblo y el agua utilizada para el gazpacho, salía o bien de los pozos o bien de los cántaros traídos de la fuente. Era también el agua con la que, para calmar la habitual sed veraniega, se llenaban los botijos de barro, los zaques de cuero, las cubas de madera, las calabazas obtenidas de las huertas etc.

Hay que reseñar que aquellos gazpachos se elaboraban con mucho esmero y con tiempo. Los utensilios fundamentales eran la hortera de madera y el “machacandero”, también de madera. Con este último se trituraba un diente de ajo y después, junto con el huevo, la miga de pan, el abundante aceite y el vinagre, se obtenía una suculenta y contundente masilla, que era la base del gazpacho de entonces. A la hora de comerlo, se solía verter sobre un azafate con agua y se añadían los pedazos de pan a modo de “sopas” , junto con trozos de pepino y de tomate. Riquísimo.

Ni que decir tiene que, en plena galbana y a pie de trilla, eran muchas las veces que, los que trillábamos en las Eras de Abajo, mirábamos incesantemente a la “Cuesta de las Eras”, que es el tramo que va desde el Cementerio Viejo hasta el enlace con la Calle Real. Tratábamos de atisbar, entre vuelta y vuelta a la parva, si veíamos, ¡por fin!, bajar al familiar que nos traía hasta la era el ansiado y esperado gazpacho, que nos comeríamos “tan ricamente” bajo el “sombraje”, o a la sombra de una pared.

Y hablando de históricas y recordadas paredes, uno de los muros míticos durante la trilla era el hastial lateral de la capilla de la iglesia parroquial de Fontanarejo. El avance de la sombra de aquella pared marcaba la hora exacta, en tiempos en los que casi nadie llevaba reloj, y menos a la era. Cuando la sombra caía a la altura del denominado “ojo de buey” (ventana circular muy habitual en la arquitectura de siglos pasados), llegaba el momento de volver la parva al medio día y, por lo tanto, la celebrada hora de soltar las yuntas y de regresar a casa para comer. El plato habitual solía ser un contundente cocido de puchero, que había estado puesto a la lumbre toda la mañana.

Sirvan estas líneas, con las que hemos echado la vista atrás recordando los tiempos de era y trilla en Fontanarejo, para desear un buen verano. Un estío que, sin duda, será diferente en la “nueva normalidad” y estará marcado por la regulación normativa debido a la pandemia y a la crisis sanitaria por el coronavirus. Es muy importante que intensifiquemos la prudencia, que aumentemos la responsabilidad y que practiquemos el sentido común. 

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CORPUS CHRISTI: UNA FESTIVIDAD QUE RELUCE EN FONTANAREJO

20 06 2020

LOS TRADICIONALES ALTARCILLOS Y LAS CALLES ADORNADAS CON ARBUSTOS COLCHAS Y SÁBANAS, MARCAN UNA SINGULAR PROCESIÓN CON LA APRECIADA CUSTODIA, QUE ESTE AÑO NO SE HA PODIDO LLEVAR A CABO DEBIDO A LA PANDEMIA

LA IGLESIA PARROQUIAL ACOGIÓ UNA MISA, SIGUIENDO LAS NORMAS DE DISTANCIAMIENTO ESTABLECIDAS, EN LA QUE HUBO UNA EXPOSICIÓN/ADORACIÓN DE LA CUSTODIA CON LA SAGRADA FORMA, CON LA QUE EL SACERDOTE BENDIJO A LAS PERSONAS ASISTENTES Y DESPUÉS LO HIZO A TODO EL PUEBLO DESDE EL PORTALILLO DEL TEMPLO.

Justo Muñoz Fernández

Desde siempre, la festividad del Corpus Christi ha sido y es una de celebraciones muy señaladas en nuestro pueblo donde, por lo que se aprecia, la mayoría del vecindario se suma al conocido dicho: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”. L@s de Fontanarejo han mantenido y mantienen viva una secular tradición que consiste en colocar singulares altarcillos en las calles y en engalanar con arbustos, colchas y sábanas el recorrido de la procesión por donde pasa su venerada y apreciada custodia. Acompañan estas líneas algunas fotos retrospectivas de la procesión del Corpus en nuestro pueblo en los años cincuenta y posteriormente en los setenta, así como instantáneas tomadas el año 2010 y el pasado año.

Las vías urbanas por donde discurre cada año el tradicional ritual del Corpus Christi se suelen adornar en vertical, es decir colocando en todas sus paredes arbustos,- fundamentalmente retamas-, que van marcando el itinerario procesional con un color y un olor muy especial. Las bocacalles se engalanan/“tapan” con preciosas colchas y sábanas bordadas que suponen toda una exposición de artesanía y una muestra del bordado/costurerismo local.

Reseñar que la custodia de Fontanarejo es una obra del arte renacentista. Esta joya de la orfebrería religiosa se mostró al público en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en el año 1929, dentro del Pabellón de Castilla La Nueva.

Comentar también que era habitual que l@s alumn@s de la escuela pública de Fontanarejo se fotografiaran en grupo, y en fechas pegadas al Corpus Christi, junto a la apreciada custodia del pueblo. Por otro lado, también era habitual que muchos de los agricultores locales hicieran un alto en el camino y pararan las tareas de siega durante la jornada del Corpus.

Este año y a causa de la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus, la festividad del Corpus Cristi se ha ceñido a una misa, con adoración/exposición de 10 minutos de la apreciada custodia, que estaba colocada sobre el altar. El acto litúrgico tuvo como escenario la iglesia parroquial de Fontanarejo, siguiendo las medidas sanitarias y de distanciamiento. El sacerdote, Carlos Ferrero Moreno, tras bendecir con la custodia, que portaba la Sagrada Forma, a todas las personas que asistieron a la misa, salió al portalillo del templo y, sólo y elevando la custodia portadora del Corpus Christi, bendijo también solemnemente a todo el pueblo, en un momento muy emotivo.

Tampoco se han celebrado este año las primeras comuniones, que se suelen hacer coincidir siempre con la festividad del Corpus Cristi.

Termino estas líneas haciendo un reconocimiento personal y público a todas las personas de nuestro pueblo que han mantenido esta costumbre a lo largo del tiempo; y a las que aún mantienen viva la tradición, cuando las circunstancias lo permiten, de montar los pequeños altarcillos y la peculiar tarea de engalanar las calles con arbustos, sábanas y colchas. Mi aprecio, consideración e intenso y afectivo aplauso a tod@s l@s paisan@s que ya no están entre nosotros (descansen en paz); y a las que aún velan y trabajan por preservar e impulsar esta secular tradición fontanarejeña.

(*) Las fotografías que acompañan este texto son: la número 1 es del año 2009 ; la 2 del año pasado; la 3 y 4 de los años cincuenta; la 4,5,6,7,8,9,10 y 11 de los años setenta, y el resto son del año 2010 (realizadas por Juan Ramón Navarro García y Justo Muñoz ); y del pasado año 2019 (tomadas por Juan Manuel Gómez Fernández).

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“CIBERLUMINARIAS 2020”: UN GRAN “RESCOLDO” DIGITAL

15 05 2020

EL EMOTIVO “SAHUMERIO ONLINE” CIRCULÓ POR LA RED SALPICADO DE ABRAZOS VIRTUALES Y LLENO DE VIVAS A LAS LUMINARIAS, VIVAS A FONTANAREJO Y VIVAS A SAN FELIPE Y SANTIAGO

Justo Muñoz Fernández

Era la primera vez, debido a las inéditas y difíciles circunstancias que vivimos, que algunas personas celebrábamos unas “CiberLuminarias” a través de ese inabarcable mundo Oline. Tengo que reconocer que esto de las vídeo-conferencias, -tan al uso en estos duros tiempos de confinamiento y angosturas-, ha supuesto por un lado un auténtico disfrute en lo humano, y por otro la constatación de que nuestra más ancestral costumbre “circula” muy bien y a toda velocidad por la Red. Las peculiares lumbres de romero verde han “ardido”, en esta insólita ocasión, con una desconocida “flama” Online llena de tradición y costumbrismo. Un “rescoldo virtual” que nos ha unido a much@s fontanarejeñ@s que nos encontrábamos en lugares muy lejanos.

Decir que, previamente, habíamos quedado un grupo de amig@s que vivimos en tres comunidades autónomas distintas y distantes, en algunos casos a más de 500 kilómetros: (Castilla y León, Madrid y la Comunidad Valenciana). Algunos días antes, decidimos “vernos” el 30 de abril al atardecer, entre dos luces, para “celebrar” Online nuestras inolvidables y queridas Luminarias. Y así lo hicimos observándonos a través de los móviles, con nuestros simbólicos pañuelos verdes al cuello, en una emotiva videoconferencia de las que dejan huella en el paisanaje. Y justo a las nueve de la noche activamos y escuchamos la grabación del sonido de la campana de la iglesia de nuestro pueblo e inmediatamente “encendimos” digitalmente nuestras particulares lumbres mientras gritábamos, a través de los teléfonos móviles, un sentido aunque lejano… ¡Vivan las Luminarias de Fontanarejo!; y un emotivo ¡Viva San Felipe y Santiago!. Todo ello salpicado de abrazos virtuales. Fue muy emocionante.

Mientras este grupo de amigos celebrábamos nuestras Luminarias 2020 a través de la Red, nos llegaban a los teléfonos móviles, -qué gran soporte en estos momentos de obligado distanciamiento social-, fotos e imágenes de fontanarejeñ@s echando sus simbólicas lumbres en el Reino Unido, Granada, Ciudad Real, Madrid, Barcelona, Córdoba, Fontanarejo etc. Todo un universo digital que nos “abrazaba” en un inconfundible sentimiento de paisanaje.

En este contexto, reseñar que la asociación Amigos de las Luminarias de Fontanarejo “colgó” en las Redes Sociales, en Whatsapp y en este mismo blog, un magnífico video, montado por Roberto García, que recoge un manojo de preciosas fotografías de nuestras peculiares lumbres de romero (puede verse aquí mismo, un poco más abajo). Un documento audiovisual que corrió a escape por ese inmenso mundo digital. Algunas prestigiosas entidades, como la Asociación Cultural Montes de Toledo, decidió reenviar a todos sus asociados el citado vídeo.

Por otro lado, Carlos Arias Alcaide montó y editó un excelente documento gráfico/sonoro con vídeos que, a la vez, le habían hecho llegar paisan@s celebrando las Luminarias desde numerosos lugares. Sitios que van desde Polonia a Mallorca, pasando por Benidorm, Madrid, Talavera, Barcelona, Ciudad Real, Murcia, Getafe, Reino Unido etc. etc. etc. Maravillosos y emotivos mensajes de vivencias en la obligada distancia. También puede visualizarse aquí mismo el citado vídeo.

Si el denominado Patrimonio Cultural Inmaterial o intangible tiene mucho que ver con las emociones, los sentimientos, las vivencias, los recuerdos, las ausencias etc. no cabe duda que nuestras ancestrales Luminarias son un gran Patrimonio Cultural Inmaterial que, además, nos une y nos imprime un profundo sentimiento de identidad a l@s de Fontanarejo.

Añadir como dato referencial que, años pasados, algun@s fontanarejeñ@s que no pudimos acudir al pueblo por circunstancias diversas, también echamos nuestras simbólicas lumbres de romero en lugares lejanos. Y esto me recuerda también cuando antaño, según narran nuestros antepasados, los pastores y cabreros que no podían venir al pueblo pues dormían en las majadas y en los apriscos echaban allí mismo sus lumbres de romero cada 30 de abril al atardecer, uniéndose así en la distancia al peculiar y entrañable sahumerio que, a esa misma hora, inundaba todo el casco urbano. Se sumaban al singular ritual en un día tan señalado en el calendario festivo local.

Este año, en la lejanía y debido a las difíciles y complicadas circunstancias que vivimos marcadas por el confinamiento, la incertidumbre, la perplejidad y el sufrimiento, no hemos podido cumplir con la secular tradición que nos legaron nuestros antepasados de abrir las puertas y ventanas de nuestro pueblo para que entrara el oloroso humo en viviendas, cámaras, tenadas, pajares, trojes y algorínes.

L@s de Fontanarejo recordaremos, ya para siempre, este funesto, bisiesto y siniestro 2020 como el año de la pandemia en el que no pudimos encender nuestras ancestrales “Luminarias” de romero verde a las puertas de todas las casas al atardecer del día 30 de abril. Nos hemos conformado, por primera vez, con celebrar Online nuestra peculiar costumbre que, pese a todo, “brilló” con un gran resplandor digital.

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Video de Carlos Arias Alcaide en recuerdo de las Luminarias no celebradas en 2020

3 05 2020

Recopilación de Vídeos y fotos recordando las Luminarias que no se han podido celebrar este año 2020, histórico por otra parte, dadas las circunstancias del confinamiento debido al Covid-19.

 

Vídeo de Carlos Arias Alcaide





Resumen de las Luminarias anteriores a 2020

1 05 2020

Asociación Amigos de las Luminarias
Video de Roberto García





Comunicado de la «Asociación Amigos de las Luminarias»

25 04 2020

Los miembros de la Asociación Amigos de las Luminarias de Fontanarejo empezamos el pasado mes de enero a preparar nuestro acto de entrega de galardones “Romeros Cencíos”, que hubiera tenido lugar en Fontanarejo el próximo día 1 de mayo, pero, como todos vosotros, tuvimos que dar un frenazo en seco.

Aunque todos estamos de acuerdo en que en este momento de la historia nuestras Luminarias de romero tienen más sentido que nunca, hay motivos más que suficientes para no celebrarlas. Volveremos a hacerlo, sin duda, pero cuando podamos disfrutarlas como se merece, como lo hemos hecho siempre, cuando podamos hacerlo todos juntos sin miedo a abrazar, a reír, a brindar, en compañía de nuestras familias, de nuestros amigos y de todos los amantes de Fontanarejo y su fiesta más querida.

Desde la asociación os animamos e invitamos a lucir nuestros pañuelos al cuello el día 30 de abril allá donde estéis, y a compartir por redes vuestras fotos preferidas de Luminarias pasadas, para que durante esta semana veamos mucho “verde”, y no tanto gris.

En nuestra memoria quedarán, para siempre, las personas fallecidas de Fontanarejo durante esta pandemia. Nuestro recuerdo también se dirige hacia sus familiares, quienes han tenido que decir adiós a sus seres queridos en un momento tan especialmente doloroso como este.

Nos despedimos con el deseo de que esto pase rápido, y que pronto todos podamos volver a vernos por nuestro pueblo.

¡Vivan las Luminarias de Fontanarejo!

 

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CUANDO EN FONTANAREJO SE UTILIZABAN ZAFRAS, CÁNTAROS, JARROS, ALCUZAS Y CANDILES

5 03 2020

EL ACEITE SE OBTENÍA EN NUESTRO PUEBLO, EN TIEMPOS REMOTOS, PISANDO LAS ACEITUNAS METIDAS EN UN SACO SOBRE UN BANCO DE MADERA Y ECHANDO AGUA HIRVIENDO

LAS ARROBAS CON EL PRECIADO LÍQUIDO SE DEPOSITABAN EN LA ZAFRA Y DE AHÍ SE SACABAN LOS JARROS Y ALCUZAS PARA EL CONSUMO DE TODO EL AÑO, TANTO PARA COCINAR COMO PARA EL ALUMBRADO CON LOS CANDILES Y LAS LAMPARILLAS

Justo Muñoz Fernández

Hace poco nos referíamos en este mismo blog – (ver reseña aquí mismo, un poco más abajo)- al denominado “resbusque” de aceitunas en el Fontanarejo de antaño. Hoy vamos a tratar de explicar cómo se obtenía el aceite en nuestro pueblo, también hace ya muchos años, pisando las aceitunas y de manera totalmente artesanal.

Tenemos que remontarnos a tiempos en los que en Fontanarejo la recogida de las olivas era una de las tareas más importantes dentro del ciclo productivo agrícola anual. Una estudiantina de la época reseñaba esta tarea con gran entusiasmo, y en un año que debió ser bueno de aceituna, con una letrilla que decía así: “Las aceituneras de Fontanarejo tenemos mucha alegría/ que este año hay mucho aceite/ y haremos mucha candelilla”. O lo que es lo mismo “Aceite abundante, buen año por delante”, que decía el dicho.

En aquéllos pretéritos años, los trabajos de “ordeño”, vareo y “rebusque” se solían iniciar bien pasado todo el ciclo navideño, pues el sabio Refranero indicaba que “Quien coge aceitunas antes de enero, deja el aceite en el madero”, o aquel otro que sentencia …”Mientras la aceituna cuelga de la rama, aceite gana”.

Parece evidente que la recolección olivarera por aquél entonces se debía llevar a cabo cuando el fruto estaba lo más maduro posible. Hay que tener en cuenta que las aceitunas se sometían a una ardua tarea de duro pisado para obtener las arrobas de aceite que se echaban en la zafra, un singular depósito de metal donde se sacaban después, durante todo el año, los jarros y las alcuzas de hojalata con un contundente aceite. También se solía llevar el aceite a los hatos y a las majadas en las ancestrales aceiteras elaboradas con cuernos de reses vacunas a los que, una vez limpiada y extraída la parte maciza, se les tapaba con un taco de corcha y también de madera.

Hablamos pues del aceite como un producto que era clave para la subsistencia en el mundo rural de entonces tanto para cocinar, como también para alumbrar las dependencias de las casas y tenadas con los tradicionales candiles, lamparillas etc.

PISADO DE ACEITUNAS SOBRE UN BANCO Y CON AGUA HIRVIENDO

Decir que, antes de que se pusieran en marcha las almazaras que funcionaron en nuestro pueblo ya más mecanizadas, el aceite se obtenía pisando la aceituna. Una laboriosa y dura tarea, según los testimonios recabados en nuestro pueblo, que se llevaba a cabo en las casas, tenadas o corrales donde se procedía al aplastado de las olivas metidas en un saco o costal y pisoteándolas sobre un banco de madera ligeramente inclinado en rampa. Un artilugio que habitualmente se conseguía de un gran tronco de árbol, generalmente de roble, tras moldearlo a base hacha, azuela y pericia.

Al banco subía el “pisaor” quien, con gran destreza, cogía con una mano el saco/costal cargado de aceitunas y con la otra mano, para no perder el equilibrio, se sujetaba de una soga que a la vez estaba amarrada a una viga.

Previamente a esas intensas jornadas del pisado de las aceitunas, la cosecha se solía dejar apilada un par de días más o menos en una troje o algorín para que fermentara. El día antes del pisado se las solía pasar por agua para eliminar la posible tierra o suciedad. De ahí se iban sacando y depositando en un saco o costal, elaborado con un tejido especial. Un embase que manejaba el “pisaor” con maestría y acierto pues había que sacudir y colocar el saco lleno de aceitunas en una serie de posturas específicas para que saliera el mayor líquido posible. Para ello se iba echando agua muy caliente sobre el saco para lograr un mayor rendimiento. Agua hirviendo que, a la vez, se lograba colocando una gran caldera sobre las trébedes de hierro y en una gran lumbre, alimentada frecuentemente con jarones secos, para lograr una mayor combustión.

Todo el líquido que salía lentamente del saco pisoteado iba cayendo a un recipiente del que, por decantación, se sacaba el alpechín que mana de las aceitunas y que la RAE define como “líquido obscuro y fétido que sale de las aceitunas cuando están apiladas antes de la molienda, y cuando, al extraer el aceite, se las exprime con auxilio del agua hirviendo”.

El aceite, que se cogía con esmero de la parte alta del recipiente, se depositaba en las zafras y era de vital importancia para el consumo anual de cada casa.

Añadir, para terminar esta retrospectiva, que de los posos que se iban depositando en el fondo de las zafras que albergaban las arrobas de aquel intenso aceite, se solía coger el residuo para hacer el jabón casero que nuestr@s antepasad@s utilizaban como ancestral detergente para lavar la ropa en el arroyo.

¡Tiempos duros, sin duda, y de intenso reciclaje!

 DICHOS, REFRANES Y LETRILLAS

El aceite, como ya se ha dicho, era un producto imprescindible para la subsistencia en el mundo rural de antaño; como pasaba también con la tradicional matanza del cerdo. Hay una jota que escuché tiempo atrás en tierras de Castilla y León y que, a modo de rogativa, decía “Virgen de(aquí citaba a la patrona)/ te venimos a pedir/, garbanzos para la olla/ y aceite para el candil”.

Otra letrilla jotera se refiere al candil y a la alcuza con gran precisión lumínica a la hora de “despachar” a las visitas y dice así:” El candil se está apagando/ y la alcuza no “tié” aceite/ yo no digo que te vayas/ ni tampoco que te sientes”.

Añadir también que, en ese gran patrimonio oral que son los refranes, dichos y jotas populares, hay una que tiene que ver con las posesiones olivareras a modo de “ajuar”. Dice así: “Anda diciendo tu madre /que tienes un olivar/ y el olivar que tú tienes, ¡ay!,/ es que te quieres casar”.

Por otro lado, el aceite y el olivo han sido y son un gran referente y un recurso conversacional. Vayan estos dos ejemplos: Siempre te quieres quedar encima como el aceite”, cuando nos referimos a alguien que pretende mantener su criterio por encima de todos. Y este otro, para indicar que cada uno debe estar en su sitio, en su casa, en sus asuntos, en su trabajo y en sus menesteres…”Cada mochuelo, a su olivo”.

(*) Dar las gracias a Eloy Muñoz González, Juan Manuel Gómez Fernández y Juan Ramón  Navarro García por las fotos retrospectivas que han aportado a esta reseña.

 

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Vicente Navarro nominado para los premios MIN

27 02 2020

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