EN NUESTRO PUEBLO, QUE YA PRODUCÍA VINO EN EL AÑO 1576, HAY ACTUALMENTE ALGÚN VIÑEDO Y MANTIENE PARAJES CON NOMBRES VITIVÍNÍCOLAS, COMO LA RAÑA DE LOS MAJUELOS O LAS VIÑAS
Fontanarejo ha cultivado el viñedo a lo largo del tiempo. Desde las plantaciones actuales que mantienen algunos paisanos nuestros -(hace unos días asistimos presencialmente a la vendimia 2022 en uno de los plantíos más próximos al casco urbano)-, pasando por las cepas existentes durante las últimas décadas en conocidos parajes; a la ya muy lejana elaboración de vino muchos siglos atrás. En las “Relaciones topográficas del rey Felipe II”, al indicar la producción local fontanarejeña, se deja constancia de que hay “escaso trigo, vino y es abundante la miel, la cera y algo de ganado”. Así lo reflejan por escrito los enviados de la Corona que visitaron Fontanarejo un 7 de febrero del citado año 1576. En el referido documento se deja constancia que las tierras de Fontanarejo estaban cubiertas de carrascos, jara y alcornoques, bosques en los que, por aquél entonces, “se crían jabalíes, lobos, zorros, osos y otros animales feroces”, según recoge el escrito. La población que había en ese momento era de 200 vecinos que vivían de las labores de la tierra y de las colmenas.
Añadir que algunos testimonios verbales que hemos escuchado a lo largo de las últimas décadas nos indican que antaño venían,desde algunos lugares próximos de Extremadura, hasta nuestro pueblo para aprovisionarse de vino.
Por otro lado, el municipio conserva aún al menos dos parajes rurales con nombres netamente vitivinícolas como son Las Viñas y la Raña de Los Majuelos. En ambos lugares hubo plantadas cepas y de ahí sus orígenes denominativos. Años atrás el vino que se producía era blanco y, en la mayoría de los casos, se tenía para el autoconsumo familiar. Lastareas para la elaboración del zumo eran totalmente artesanales/manuales con el pisado de las uvas que se llevaba a cabo estrujando los racimos a pie descalzo en un artesanal “banco” de madera que, en algunas ocasiones, se utilizaba también pasa pisar las aceitunas.
Dejar constancia también, como testimonio evidente, que aún existen en el casco urbano de nuestro pueblo restos de varias antiquísimas bodegas, denominadas “cuevas” en el lenguaje más popular y descriptivo. Me refiero a las ubicadas en la calle Empedrada, Travesía de Alcoba y Plaza de la Constitución, como puede apreciarse en las fotos que acompañan a este texto. En alguna de estas “cuevas”/bodegas, -y lo pudimos ver en la visita que realizamos tiempo atrás-, aún quedan incluso huecos en las paredes que debieron “abrazar” las singulares e históricas tinajas, donde se depositaba el vino, que albergaron aquellos viejos lugares de la arquitectura subterránea fontanarejeña.
Añadir, por último, que en numerosas fachadas y casas de nuestro pueblo hubo, tiempo atrás, numerosas “parras urbanas” que ya han desaparecido casi todas, salvo los escasos testimonios que aún quedan visibles/disfrutables, como puede leerse en otro reportaje en este mismo blog. (1)
VENDIMIA 2022
Hace unos días vimos a nuestro paisano Celedonio Muñoz García llevando a cabo la vendimia de este año 2022. Cele, que es un experto enólogo, nos comentó, a pie de parras que, pese a las elevadísimas temperaturas del flamígero verano que hemos vivido, “está siendo una cosecha de uva sana, sin enfermedades y en cuanto a peso es prácticamente igual que la última cosecha. El vino, con todos los parámetros analíticos ya realizados, es de una gran calidad”, señaló.
Celedonio nos explicó detalladamente que tras la corta de los racimos de la variedad merlot, que tuvo lugar con la fresca y a primera hora de la mañana, se lleva a cabo toda una precisa cadena de meticulosos trabajos para la elaboración del vino. Actualmente, según nos explicó Cele, el método es más mecánico a través de una máquina que funciona a motor: vertido de los racimos en una tolva que, a través de un sinfín, va eliminando los raspones con una despalilladora, hasta que una estrujadora mecánica va obteniendo el líquido que se vierte en un depósito, como puede apreciarse en algunas de las fotos adjuntas a este texto. Pasados dos días se canaliza el líquido a otro depósito en el que fermenta hasta que se lleva a cabo el denominado “descube”. Y ahí queda reposando un tiempo el preciado zumo hasta que llega el momento de trasegar y pasar el vino a las barricas /toneles de roble para, posteriormente, proceder al embotellado.
Celedonio, que ha sido durante muchos años presidente del Club de Vinos de Ciudad Real y ha impartido charlas y catas vitivinícolas comentadas en numerosos lugares, incluida la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), cultiva en nuestro pueblo desde el año 2000 una viña que está ubicada en el paraje de “El Prado”. De los racimos que saca de esas cepas fontanarejeñas elabora un vino tinto de autor que denomina y etiqueta “Pago de los Montes”. Las mejores últimas añadas, según refiere nuestro paisano, han sido las de 2013, 2014 y 2017. Casi 500 años nos contemplan desde aquél histórico 1576, que ya ha llovido y ha hecho calor desde entonces!.
Justo Muñoz Fernández















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