TIEMPOS DE “REBUSQUE” DE ACEITUNAS EN EL FONTANAREJO DE ANTAÑO

3 02 2020

 

Terminada ya la campaña de recogida de aceitunas 2019/20 en nuestro pueblo, decir que, en general, ha sido un año con peor cosecha que el anterior. Añadir que, además, se produjo un fenómeno meteorológico adverso que empeoró aún más el resultado, pues las jornadas de viento registradas durante algún día a mediados del mes de diciembre parece que tiró al suelo parte del fruto; unas olivas que, en muchos casos, se quedan sin acarrear.

Años atrás, cuando se iniciaba la recolección olivarera se solían recoger todas o casi todas las aceitunas del suelo antes de poner las mantas para el “ordeño” o el vareo. Y, una vez levantadas estas, se llevaba a cabo otro minucioso recorrido para localizar los frutos que se habían caído fuera del “manterío”. Y, si aún seguía alguna aceituna suelta, se quedaba tirada en el olivar para el denominado “rebusque”, una tarea que en tiempos pretéritos era frecuente en Fontanarejo.

Precisar que la Real Academia define el término rebuscar así: ”Recoger el fruto que queda en los campos, particularmente el de las viñas, después de alzadas las cosechas”

En nuestro pueblo, y en tiempos ya más lejanos, había personas que rebuscaban aceitunas una vez terminada la recogida de la cosecha, o espigaban tras la siega para sacar unos litros de aceite, o unos celemines o cuartillas de grano.

Reseñar, por otro lado, que el rebusco viene de muy antiguo y que era una tarea contemplada en épocas muy remotas. Por poner un ejemplo, la Biblia en el Antiguo Testamento,- (libros Levítico y Deuteronomio)-, y al hablar del amor al prójimo dice que no se espigue la tierra segada ni se rebusque el fruto caído de la viña y que se deje para los pobres, los necesitados y los forasteros.

La más que bimilenaria figura del rebuscador, está ya en plena extinción. No sólo por el hecho de que cada vez menos personas, afortunadamente, se dedican a ello por cierta necesidad; si no porque, además, las nuevas ordenanzas y leyes en vigor en la mayoría de las comunidades autónomas regulan la denominada trazabilidad de los productos agrícolas que permite comprobar el origen y el destino en el recorrido que va desde el transporte a la circulación, origen, recepción y venta de aceituna.

LA MUCHACHADA SALÍA DE “REBUSQUE”

Posteriormente a los tiempos remotos más duros, y ya en los años sesenta, el “rebusque” de aceitunas lo solía llevar a cabo, sobre todo, la muchachada que se sacaba unas pesetillas con los escasos frutos que lograban recoger. Algunos testimonios de paisan@s, que hoy están cerca de los setenta o más años, indican que “solíamos salir a rebuscar recorriendo los olivares una vez que ya estaban terminados y recogidos y en donde, por cierto, ya quedaban pocas o casi ninguna. Dábamos muchas “patás” hasta que lográbamos coger algunas olivas perdidas entre los cantos, la tierra y las piedras. Las llevábamos al lugar o sitio donde, casi siempre al atardecer, recogían las aceitunas de los olivareros de nuestro pueblo, y nos solían dar una o dos pesetas, más o menos, por cada latilla o kilo que entregábamos”, comentan algunos-as rebuscadores-as de entonces que hoy peinan ya canas y calvas.

¡Qué tiempos y qué ratos rebuscando minuciosamente…olivares arriba y olivares abajo!

Justo Muñoz Fernández

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LA LUMBRE DE LOS QUINTOS MARCABA LA NOCHEVIEJA Y EL AÑO NUEVO EN FONTANAREJO

29 12 2019

LOS MOZOS TRAÍAN ANTAÑO, EN CARROS TIRADOS POR YUNTAS, TRONCOS DE LA DEHESA TALADOS CON HACHA Y CALABUEZO, PARA PRENDER UNA GRAN HOGUERA EN LA PLAZA; TOSTABAN MIGAS AL AMANECER Y RECORRÍAN LAS CALLES PIDIENDO EL AGUINALDO ACOMPAÑADOS DE UN BORRICO ATALAJADO CON AGUADERAS Y UN CENCERRO

El ritual festivo se repetía siempre el último día de cada año y tenía como grandes figuras a los quintos. El tránsito de un año a otro, durante la denominada Nochevieja, lo protagonizaban en nuestro pueblo los mozos que les tocaba ir a la Mili, que eran los encargados de encender una gran lumbre, ya hiciera frío, lloviera, nevara o “chuciara”. El espectacular y puntual “lumbrerón”, alimentado con troncos de chaparros talados con hacha y calabuezo, lo prendían en la entonces Plaza Grande, hoy Plaza de la Constitución.

Indicar que la Real Academia define al quinto como “mozo desde que se sortea hasta que se incorpora al Servicio Militar”. Hablamos de los tiempos en los que “la Mili” era obligatoria, una prestación cuya obligatoriedad se suprimió en el año 2001.

Los quintos y el sorteo previo para conocer el destino de cada mozo fueron motivo de inspiración de numerosas jotas y letrillas en muchos lugares. Cito aquí algunas:

“Ya se van los quintos madre/ ya se va mi corazón/ ya se va quien me tiraba/

chinitas a mi balcón”.

“Vamos los quintos “pa” arriba/ que ya suenan las campanas/ y sabremos nuestra suerte/ “pa” unos buena, “pa”otros mala”

Los quintos, como digo, eran los encargados de prender la enorme hoguera con troncos y ramas de chaparros. Para ello se desplazaban el día 31 hasta la dehesa boyal de nuestro pueblo para recabar la abundante leña con la que alimentar la gran y simbólica lumbre que ardía durante toda la noche y buena parte del día siguiente. Eran tiempos, por otro lado, en los que la mayoría de los mozos trabajaban de pastores o gañanes en tareas agropecuarias por lo que era frecuente que muchos de ellos se incorporaran al grupo ya al atardecer, tras la jornada de trabajo, para ir a recabar la leña. También, según refieren nuestros informantes, siempre se pedía permiso al alcalde para poder cortar los troncos en la Dehesa. La recomendación de la primera autoridad solía ser cada año la misma: que no se talaran las encinas grandes y que la leña se sacara de “entreclarar” los matorrales. El hacha y el “calabuezo”, como ya he dicho, eran las herramientas cortantes que se utilizaban entonces para hacer una “buena chanbalá” y cargar los carros hasta los topes.

Algunos de los quintos de antaño, paisanos nuestros que hoy saltan ya de los setenta, ochenta y noventa años, comentan y recuerdan un sinfín de anécdotas de aquellas intensas jornadas en los aménes de cada mes de diciembre. Entre ellas, reseñar el año que, ya atardecido, volcaron un carro tirado por mulas y ya cargado de troncos. Fue en el Aguilero y tuvieron que levantarlo y volverlo a cargar en medio de un gran aguacero que caía en esos momentos.

Y también sacan a relucir yuntas y animales dóciles que, uncidos al ubio, tiraban estupendamente del carro cargado como fue el caso de las recordadas vacas “Limonera”, “Gallarda”, “Membrillera”, “Bragá”, “Azucena” o el toro “Cachorro” etc..

Decir, por otro lado, que era todo un acontecimiento ver entrar de noche por las calles del pueblo los carros cargados hasta los topes con troncos de chaparros; y también escuchar el sonido metálico de las yantas de las ruedas, que muchas generaciones tenemos aún grabado en nuestro archivo/recuerdo sonoro de infancia/adolescencia. Hay que tener en cuenta que por aquellos años la mayoría de las calles del pueblo estaban empedradas o eran de tierra pura y dura.

Una vez prendida la lumbre, que era celebrada y visitada durante toda la noche con gran regocijo por el vecindario, los quintos solían tostar, ya al amanecer, una sartén de migas para almorzar. Y, tras llenar la andorga con tan contundente “miguerío”, llevaban a cabo otro ritual que consistía en pintar con una cruz las puertas de las casas, corrales y pajares del pueblo. “Lo solíamos hacer con jalbiego elaborado con tierra blanca y pintábamos una cruz en las puertas, salvo en las viviendas en las que sus moradores estuvieran de luto por la muerte del algún familiar. En ese caso, se respetaba el duelo y no se pintaba la puerta. Utilizábamos pellejos sacados de pieles de ovejas o bien de piel de conejo o de liebre como hisopo para pintar”, comenta uno de los quintos que lo fue allá por el año 1955.

Cuando concluían de marcar las puertas, el grupo de mozos recorría las calles de nuestro pueblo, a modo de sonora ronda, pidiendo el aguinaldo. Y lo llevaban a cabo  acompañados con un burro al que colocaban un gran cencerro al cuello e iba atalajado con albarda y unas aguaderas de esparto para ir depositando en ellas los obsequios que recibían del vecindario: mantecados cocidos en los hornos; morcillas, tocino, chorizos y hasta lomo procedentes de la tradicional matanza del cerdo.

Por su parte, los quintos solían llevar una garrafa de vino y también era frecuente portar una botella de anís o de coñac para invitar a beber un trago mañanero a quien lo aceptaba. La guitarra, algunas veces el laúd o simplemente una zambomba solían ser los instrumentos para acompañar el canto de las jotas que entonaban los mozos de puerta en puerta, con parada “obligatoria” en las históricas esquinas del recorrido donde era muy tradicional cantar aún con más ímpetu y más alto. Vayan aquí algunas de aquellas letrillas joteras:

“Como sé que te gustan los garbanzos tostaos/ por debajo la puerta  te echo un puñao”

”¿Dónde estarán los quintos que no aparecen/ si estarán en Guadiana pescando peces”

“Tu madre te “tié” en casa con la puerta “cerrá”/ y la radio encendida/ chacarrá-chacarrá”

En las últimas décadas se solían cantar, además de las conocidas jotas, algunos villancicos de los más populares y tradicionales.

Con los aguinaldos recogidos, el grupo de mozos solía juntarse de nuevo al medio día del Año Nuevo o bien por la noche para comer o cenar y seguir con la fiesta. Si había baile, acudían al salón de la tía Adela y del tío Telesforo (QEPDescansen), o se  reunían a comer en casa de alguno de los quintos que, repito, eran los grandes protagonistas de esta tradicional fiesta fontanarejeña cada fin de año.

Tras la desaparición del Servicio Militar obligatorio tras un Decreto en el año 2001, la lumbre se ha seguido encendiendo por jóvenes que, año tras año, han apuntalado y mantenido esta singular tradición. Tras unos años, en los que se encendió la hoguera en diversos lugares del casco urbano, en la Nochevieja de 2018 se volvió a prender la lumbre en la Plaza de la Constitución, momento que recogen las fotos en color que acompañan este texto realizadas por Quintín Muñoz Arias el año pasado. La foto en blanco y negro, en la que se ve parte de la Plaza Grande con un carro y la calle Don Diego es de los años sesenta.

Sirva esta reseña retrospectiva para felicitar las fiestas navideñas 2019 y desear un buen, próspero y venturoso año nuevo 2020, que está ya a punto de entrar.

Justo Muñoz Fernández

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LA ASOCIACIÓN “AMIGOS DE LAS LUMINARIAS” FELICITA LAS PASCUAS CON SU CALENDARIO 2020

23 12 2019

La Asociación “Amigos de las Luminarias de Fontanarejo” ha editado su calendario 2020 que se reparte gratuitamente a todas las personas que lo quieran. El calendario para el ya inminente año nuevo está ilustrado en esta ocasión con una foto, de la que es autora Noelia Fernández Arcos, y que es la ganadora de la XII edición del concurso de fotografía “Román Fernández Martín” sobre “Las Luminarias”. En la imagen se ve una lumbre de romero ardiendo en una de las calles de nuestro pueblo con una persona que se purifica con el humo de su luminaria. Sobre la fotografía se ha colocado la siguiente inscripción: “LUMINARIAS” DE FONTANAREJO: La llama de una tradición que perdura. Cada 30 de abril, al atardecer.

La Asociación Amigos de Las Luminarias quiere contribuir con este almanaque a la difusión y promoción de una fiesta y de una tradición tan popular y tan costumbrista para los fontanarejeños y para los visitantes como son las «Luminarias» de romero verde. Cada año por estas fechas prenavideñas se edita el almanaque que siempre recoge en su portada imágenes referidas a las tradicionales lumbres de romero verde que arden al atardecer del último día del mes de abril.

LA ASOCIACIÓN «AMIGOS DE LAS LUMINARIAS DE FONTANAREJO» APROVECHA LA EDICIÓN DE SU CALENDARIO 2020 PARA FELICITAR LAS  NAVIDADES A TODOS LOS FONTANAREJEÑOS Y FONTANAREJEÑAS, A LOS QUE VIVEN EN EL PUEBLO Y A LOS PAISANOS Y PAISANAS QUE ESTÁN LEJOS.

A TODOS…FELICES FIESTAS Y UN BUEN AÑO NUEVO 2020

 

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LA TERTULIA FONTANAREJEÑA “LAS MIGAS” DESEA FELICES FIESTAS NAVIDEÑAS Y BUEN AÑO 2020

17 12 2019

Los “encuentros migueros” acaban de cumplir seis años desde que se iniciaron el año 2013 en Madrid

La tertulia fontanarejeña “Las Migas” acaba de cumplir seis años desde su comienzo. Fue un 19 de noviembre del año 2013 cuando se celebró el “primer encuentro miguero” impulsado por un grupo de fontanarejeños que residían en Madrid. A lo largo de estos 72 meses han asistido a la misma un total de 55 personas que han degustado migas con “tropezones” y, a la vez, han participado en las interesantes tertulias de sobremesa.

Los encuentros se han celebrado en restaurantes de Madrid,-(Casa Jacinto, Taberna el Rincón de Sancho y Casa de Castilla La Mancha)-, y también en casillas ubicadas en parajes del término municipal de nuestro pueblo en Valdepajares, El Aguilero y El Río.

Los miembros de la tertulia fontanarejeña “Las Migas” desean a tertulian@s, amig@s y paisan@s unas felices fiestas navideñas y un buen, próspero y venturoso año nuevo 2020, que está a punto de llegar.

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“POSÁS”, REJALES, CORCHOS Y BIROS EN LOS MONTES DE FONTANAREJO

20 11 2019

La apicultura ha estado presente a lo largo de la historia en nuestro pueblo y así se refleja en las Relaciones Topográficas del Rey Felipe II del año 1.576, y en el catastro del Marques de la Ensenada de 1752, que cifra en 350 las colmenas que había entonces

Un grupo de amigos recorrimos “Posaesquiná” y “Posarrionda”, dos históricos asentamientos colmeneros

La apicultura ha sido una de las actividades más enraizada y continua en el término municipal de Fontanarejo a través de los siglos. Además de la trasmisión oral que nos habla de esta dedicación entre nuestros antepasados, existe documentación del año 1576 asegurando que en nuestro pueblo “la cosa que más se coge es miel”. Así lo reflejaron por escrito los enviados de la Corona que visitaron Fontanarejo un 7 de febrero del citado año 1576 y plasmaron el dato en un texto que se recoge en las “Relaciones topográficas del Rey Felipe II”. En el referido documento se habla que las tierras de Fontanarejo estaban cubiertas por carrascos, jara y alcornoques, bosques en los que, por aquél entonces, “se crian jabalíes, lobos, zorros, osos y otros animales feroces”.  En cuanto a la producción se dice que hay escaso trigo, vino y que es abundante la miel, la cera y algo de ganado. La población que había en ese instante es de 200 vecinos que vivían del laboreo de la tierra y de las colmenas.

Existen otros documentos posteriores, ya en el siglo XVIII, como el que encargó realizar el Marques de la Ensenada en el año 1752. En ese catastro de todos los bienes de la Corona de Castilla se cifra en 350 las colmenas que había en nuestro pueblo por aquél entonces. En el citado escrito se especifica que esos corchos son “de vecinos del lugar, de forasteros hacendados en el mismo, de cofradías de su iglesia y también del párroco del pueblo”. Hay que tener en cuenta que de los abundantes panales se saca también la cera, un apreciado elemento en aquella época pues se usaba, junto con los candiles de aceite, para el alumbrado en viviendas y para el culto y ceremonias en la iglesia.

Es decir, que las colmenas suponían una actividad muy importante para nuestros antepasados pues de ellas obtenían miel sobre todo para el consumo familiar y en ocasiones para la venta y también para el “trueque”, que era habitual en tiempos pretéritos; y, además, se obtenía, como se ha dicho, la necesaria cera que, además, era muy demandada por la ciudad de Toledo en aquellos siglos.

Por otro lado, hay que reseñar también que los habitantes de la zona, y entre ellos los apicultores, fundaron la denomina “Hermandad Vieja, entre 1220 y 1245, compuesta por leñadores, colmeneros y ballesteros para defenderse de los bandoleros y malhechores que actuaban al amparo de la difícil orografía del terreno”.

PARAJES, REJALES Y “POSÁS”

Un grupo de amigos vivimos una interesante “jornada colmenera” para rememorar la tradición apícola de Fontanarejo. En nuestro término municipal aún son visibles restos de viejas “posás” y también existe un paraje que se denomina “Morro del enjambraero”, lindando con el término se Alcoba.

Con el interés de conocer algunos de los sitios y apiarios donde se instalaban antaño los corchos, el grupo hicimos una ruta muy interesante pues tuvimos la oportunidad de conocer dos históricos asentamientos de colmenas denominados “posás”. En este caso pateamos, guiados por nuestros paisanos Ángel Alcaide Espinosa, “Posaesquiná” y “Posarrionda”, donde aún quedan restos visibles de los viejos recintos construidos en piedra a modo de corral, a veces redondo, para albergar y resguardar las colmenas de los depredadores, sobre todo de los osos que había en los montes siglos atrás.

Decir, por otro lado, que Ángel nos proporcionó un listado de paisanos nuestros que tuvieron colmenas desde el año 1946, así como los parajes más habituales para los asentamientos que, además de las ya referidas “posás”, son estos: Garganta de Los Nogales, Los Poyales, Vallehornillo, Las Laborcillas, Raso Martín, Barranco de Navalpino, Morro de los Arroyuelos, La Muñana, El Nucarejo, Las Pedrizuelas, El Guindalejo (Posaesquiná), Los Pantanillos, Barritote, Los Pinos, Las Pedrizuelas, El Puerto, El Zauceral, Cenicientos, Valdeja, Era de Navalpino, Los Pozos, El Tejar, La Volandera, La Graja, La Hontanilla, El Chozón, Riscos Blancos, Valdeja, El Jarraiz, Morro de la Centinela, La Pedriza del Fraile, La Viña, La Madroña, La Cerca Serrana, El Puerto, La Dehesa y Las Camachas.

CORCHOS Y BIROS

Otras de las tareas que se realizaban con intensidad y esmero era la elaboración de las colmenas con la corcha que se sacaba de los alcornoques. La extracción de esta corteza vegetal solía hacerse cada 7 años y se llevaba a cabo durante los meses de agosto y septiembre.

Los corchos, según nos narró Ángel, se solían elaborar/montar en el corral de la tía Salustiana, ubicado en la calle de la Iglesia que antiguamente se denominaba el “Rellano”. Cuenta nuestro informante que era frecuente ver a los colmeneros en la tarea de preparar los peculiares recipientes cilíndricos a base de cocer la corcha en un bidón. “Lo hacían en días malos de lluvia cuando no salían a otras tareas al campo. Allí se daban cita,-comenta Ángel-, y yo recuerdo que hervían la corcha en un bidón colocado en unas trébedes en una gran lumbre alimentada con jarones secos. Cuando ya tenían una pieza del corcho bien cocida, la curvaban con unas cuerdas e inmediatamente sacaban la otra parte y, tras hacerla también la gracia encorvada, recortaban las aristas con una navaja pues la corcha se corta muy bien cuando está caliente, y unían ambas piezas con biros hechos de jara, a los que se sacaba punta con una azuela”, explica Ángel. Decir que la Real Academia de la Lengua Española define la palabra biro como “clavo de jara”.

¿Se imaginan el ajetreo que habría en el voladizo de aquel corral en jornadas y ratos tan “colmeneros”? Hablamos sin duda de una singular tarea, ya en desuso, que daría un ambiente muy peculiar al casco urbano de Fontanarejo donde, por otro lado, estaban funcionaban a tope las fraguas para aguzar las rejas, los  potros para errar los animales, los gañanes con sus yuntas camino de las besanas etc. A todo ello hay que sumar la salida, puntual cada mañana, de los atajos comunales del vaquero, cabrero, yegüero y porquero que daban un toque rural y costumbrista a las calles de nuestro pueblo. !Qué tiempos, qué actividad y qué oficios!.

Justo Muñoz Fernández

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ÁNGEL ALCAIDE ESPINOSA RECIBE EL GALARDÓN “MIGUERO DE TOMO Y LOMO” POR SUS VALORES HUMANOS Y POR SER UN REFERENTE DE LA CULTURA RURAL Y DE LAS TRADICIONES LOCALES

13 11 2019

LA TERTULIA FONTANAREJEÑA “LAS MIGAS” RECONOCE PÚBLICAMENTE LA TRAYECTORIA PERSONAL Y LABORAL DE NUESTRO PAISANO

La tertulia fontanarejeña “Las Migas” entregó hace unos días su galardón “Miguero de Tomo y Lomo” a nuestro paisano ÁNGEL ALCAIDE ESPINOSA. Con esta distinción, los tertulianos reconocen los valores humanos y profesionales de Ángel, quien es depositario de una cultura rural y campesina adquirida a lo largo de toda una vida en la que ha sido pastor, vaquero, cabrero y labrador. Por otro lado, es un gran conocedor de nuestras tradiciones más seculares como la ya perdida “Mojiganga”, la singular “Media”, de la que fue “alcalde” durante más de 30 años; los mayos, las “Luminarias”, la Cabalgata de Reyes en la que protagonizó en los años sesenta el papel de heraldo montado a caballo, los ya desaparecidos festejos taurinos de antaño que se celebraban con motivo de las Fiestas de Agosto en la plaza montada con carros etc. etc. Por todo ello la tertulia “Las Migas” ha considerado que es merecedor de este galardón como reconocimiento a toda una trayectoria personal y laboral.

Ángel recibió como distinción la típica paleta de acero en la que lleva grabado su sombre y el título “Miguero de Tomo y Lomo”. También se le hizo entrega de una foto enmarcada en el que se ve al premiado en plena Dehesa Boyal de nuestro pueblo. Tras recibir estos regalos, el galardonado firmó en el libro de la tertulia y agradeció el detalle, echando la vista atrás para recordar algunos de los momentos vividos en nuestro pueblo a lo largo de los años.

Reseñar que la jornada fue intensa y enriquecedora. Iniciamos el día visitando, guiados por Ángel, dos históricos asientos de colmenas que en Fontanarejo se denominan “posás”. Nos desplazamos hasta “Posáesquiná” y “Posárrionda” donde aún quedan bien visibles restos de las paredes que albergaron, tiempo atrás, una intensa actividad apícola de la que se hará una reseña próximamente en este blog.

Tras el intenso itinerario, entre jarales, brezos y tomillares, celebramos el acto de entrega del galardón “Miguero de Tomo y Lomo” tras degustar una sartén de migas en el impresionante paraje de Valdepajares, en la casilla de Eloy. “Sartená” miguera que estuvo salpicada con abundantes tropezones a base de chorizo, bacalao, panceta, pimientos verdes y “chorruznos”, sardinas arenques, uvas (que trajo Ángel de su huerta), arrope y migas “canas”.

Ya en la tertulia, nuestro paisano recordó momentos de su larga trayectoria agropecuaria: salieron a relucir las intensas jornadas como vaquero en la Dehesa, las duras “noches de lobos” guardando el ganado, las yuntas para arar con la vaca “Piñana” o el toro “Atrevío”; las cargas de leña para alimentar la lumbre etc. Una larga experiencia rural que le lleva a Ángel a precisar, por ejemplo, cuando es el mejor momento para cortar los típicos “cabrios” que se sacaban de las madroñas y se utilizaban para las techumbres. Y el instante ideal para la tala es, según dijo, “en invierno, con la sabia de la madroña ya parada y con la luna “muerta” (cuarto menguante)”; o cual es el momento ideal para destetar los becerros, o para plantar los garbanzos, de los que citó una magnífica cosecha antaño en la que llegó a coger 25 fanegas.

En el contexto de la sobremesa/tertulia, vimos también un “manojo” de fotos retrospectivas en las que aparece Ángel en la ya referida Cabalgata de Reyes de los años sesenta, en el entrañable salón del tío Telesforo con otros mozos, a caballo con alguno de sus quintos trayendo las vacas del “sestero” hasta la plaza de carros, participando en una estudiantina/murga en los años cincuenta etc.

Por otro lado, Ángel recordó cuando, años atrás, se cantaban los mayos a las mozas del pueblo en las ventanas de las viviendas. En ese contexto de una fiesta tan celebrada en nuestro pueblo, nos entregó a cada uno de los asistentes una copia del “Mayo/romance del arado” y del “Mayo de la Santísima Cruz”.

Recordar que Ángel Alcaide Espinosa ha recibido este mismo año el galardón “Monteño Distinguido”, que le entregó la Asociación Cultural Montes de Toledo en una velada celebrada el pasado mes de julio en el castillo de Guadamur. También tiene la distinción “Romero Cencío” concedida recientemente por la asociación “Amigos de las Luminarias”.

Vaya desde este blog la felicitación para Ángel, un paisano merecedor de tantos reconocimientos, al que acaba de sumar el “Miguero de Tomo y Lomo” entregado por la tertulia fontanarejeña “Las Migas”. Enhorabuena.

J. Muñoz

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EL ÚLTIMO NÚMERO DE LA “REVISTA DE ESTUDIOS MONTEÑOS” RECOGE EN SUS PÁGINAS VARIOS TEMAS DE FONTANAREJO

21 10 2019

EL EJEMPLAR NÚMERO 167 SE HACE ECO DE LA ENTREGA DEL GARLARDÓN “MONTEÑO DISTINGUIDO” A ÁNGEL ALCAIDE ESPINOSA, LLEVA EN LA PRIMERA PÁGINA UNA FOTO DE TRILLA EN NUESTRO PUEBLO EN LOS AÑOS SETENTA Y UN ARTÍCULO SOBRE LAS PARRAS URBANAS

Fontanarejo está presente en las páginas del último número de la “Revista de Estudios Monteños” que acaba de salir de imprenta, editada por la Asociación Cultural Montes de Toledo. Este ejemplar, que hace el número 167 desde sus inicios en el año 1978, lleva en primera página una foto en blanco y negro que refleja un momento de la histórica trilla en las “Eras de Arriba” de nuestro pueblo. Concretamente es una instantánea tomada en los años setenta en la que se ve de “trillaor”, en plena parva, a nuestro paisano Juan Manuel Gómez Fernández quien, con ramal en ristre y con sombrero de paja, va de pie encima de la trilla tirada por una yunta formada por una yegua, -cuya cría se ve al fondo a la derecha-, y por un mulo.

Ya en páginas interiores, la citada revista recoge una amplia reseña de la edición anual de los Premios Montes de Toledo, que este año tuvo como escenario de entrega, allá por el mes de julio, los jardines del castillo de Guadamur (Toledo).  Entre los galardonados en aquella gala estival con la distinción “Monteño Distinguido” está nuestro paisano Ángel Alcaide Espinosa, tal como refiere la citada revista, que recoge en un texto -ver página adjunta a esta reseña- los méritos de Ángel a la hora de concederle tan apreciada distinción. En este mismo blog puede leerse una amplia crónica y fotos del citado acto celebrado en la histórica fortaleza del siglo XV al que asistieron más de 300 personas.

También refleja en sus páginas interiores este número 167 de la “Revista de Estudios Monteños” un artículo, ilustrado con un par de fotos retrospectivas, sobre “Las parras urbanas en Fontanarejo”, un texto que también puede leerse completo en este mismo blog con varias fotografías tomadas años atrás.

J. Muñoz

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MIGAS DE VENDIMIA Y VINO CON OLOR, COLOR Y SABOR DE FONTANAREJO

10 10 2019

Celedonio Muñoz García, enólogo fontanarejeño, asiste a la tertulia “Las Migas” celebrada en Valdepajares

 Jornada miguera con ambiente vitivinícola. Celebramos el tiempo otoñal de vendimia, en este “veroño” con altas temperaturas, invitando a la tertulia fontanarejeña “Las Migas” a nuestro paisano y enólogo Celedonio Muñoz García. Entre cucharada y cucharada de migas, Cele nos ofreció una cata de cuatro de sus vinos elaborados por él mismo con uvas criadas en nuestro pueblo en los años 2015, 2016, 2017; y un “caldo” jovencísimo de la vendimia de este mismo año.

El encuentro tuvo como escenario el entrañable y singular sitio de Valdepajares, en la casilla de Eloy, donde nos comimos una sartén de migas con abundantes tropezones a base de pimientos verdes, pimientos “chorruznos”, chorizo, lomo, bacalao, panceta y uvas tintas de la vendimia de este año. También comimos granada y, para rematar, echamos un dulcísimo arrope y terminamos con unas riquísimas migas “canas”. Todo ello regado, como se ha dicho, con vinos de Fontanarejo comentados por su autor.

Tras “apretarnos la sartená”, llegó el tiempo de una larga y enriquecedora tertulia en la que disfrutamos escuchando a Cele hablar de viticultura: del viñedo, de la elaboración de vinos, de cosechas, de añadas, de terrenos favorables y de los factores climáticos, atmosféricos y medioambientales que influyen a la hora de obtener un buen “caldo”. Cele, que ha sido durante muchos años y hasta hace unos meses, presidente del Club de Vinos de Ciudad Real, cultiva en nuestro pueblo desde el año 2000 una viña que está ubicada en el paraje de “El Prado”. De los racimos que saca de esas cepas fontanarejeñas elabora un vino de autor que denomina “Pago de los Montes”, según pone en la etiqueta en la que también especifica que el tipo de uva es de la variedad merlot y que se trata de un vino artesanal y ecológico.

Hablamos también de sus inicios en el mundo de la viticultura, cuando tenía 17 años, en la Granja Escuela de Talavera; pasando después a la “Escuela de la Vid” en Madrid donde obtuvo el título de monitor en Enología. Cele ha impartido charlas y catas comentadas en numerosos lugares, incluida la Feria Nacional del Vino (FENAVIN).

En otro momento de la tertulia, hablamos de su gran afición musical pues, como se sabe, Cele toca la guitarra y el acordeón. Salieron a relucir las inolvidables y costumbristas rondas de quintos por las calles de nuestro pueblo, los toros que se celebraban en las Fiestas de Agosto en la plaza montada con carros, el acompañamiento del canto del mayo en la puerta de la Iglesia el día 30 de abril por la noche y en las Cruces de mayo. También recordamos los ratos de celebración con buena música tocada por Cele en el bar que regentaban sus padres en la calle Alcoba, en pleno Moralillo etc. etc.

En un momento de la tertulia echamos la vista atrás con un buen manojo de fotos retrospectivas de Fontanarejo y sus gentes. En alguna de ellas aparece Celedonio jovencísimo tocando el acordeón, como ya se ha dicho, en la “plaza de toros” fontanarejeña levantada con carros.

Celedonio firmó en el libro de invitados de la tertulia “Las Migas” y le entregamos un pergamino con la historia de Fontanarejo desde sus orígenes hasta nuestros días.También le regalamos un pañuelo verde como recuerdo de nuestras entrañables “Luminarias” de romero verde que los de Fontanarejo encendemos cada 30 de abril al atardecer.

Cele agradeció los detalles y leyó unos versos escritos por él para la ocasión en los que, entre otras cosas, dice:

 “Amigos  de la tertulia
de este encuentro tan miguero,
gracias por la invitación
por celebrarlo en el pueblo
este evento de importancia
que organizáis con esmero
unas veces en Madrid
otras en Fontanarejo.
Habéis celebrados varios
en locales hosteleros
regentados por amigos
paisamos de nuestro pueblo
tanto en el Mesón de Sancho, Casa Jacinto o de Pedro.
Estos actos culturales,
que muy bien
sabéis hacerlo,
propician el trato humano
y promocionan el pueblo”.

El encuentro y la plática se prolongaron, ya en el exterior de la casilla, hasta bien entrada la noche bajo una bóveda celeste sembrada de estrellas y con la luna alumbrando los morros y alrededores en un singular paisaje nocturno. Jornada completa.

J. Muñoz

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UN ACOGEDOR RECINTO GASTRONÓMICO, CON RAÍCES FONTANAREJEÑAS, EN LA MADRILEÑA ZONA DE ATOCHA

22 09 2019

Pedro Sevilla Muñoz y su esposa María Muntean, una pareja de jóvenes emprendedores, están al frente del restaurante-bar Sukaldea, especializado en pintxos y en cocina tradicional

 

Un grupo de amigos de Fontanarejo decidimos visitar en Madrid el restaurante-bar Sukaldea, que  está regentado desde primeros de este año por Pedro Sevilla Muñoz, un joven con raíces fontanarejeñas, pues su madre es nuestra paisana Araceli y sus abuelos los recordados y apreciados Adora y Virginio (QEPDescansen). Y la mejor forma de conocer un recinto gastronómico es degustando sus platos, apreciando su servicio y, en nuestro caso, disfrutando del paisanaje. Así lo hicimos y hay que decir que comimos muy bien, que recibimos una magnífica atención y que vivimos un gran encuentro con muchos recuerdos de nuestro querido pueblo. Jornada completa.

El restaurante Sukaldea está ubicado en la calle Dr. Drumen, 3, cerca de la estación de Renfe “Puerta de Atocha”, y al lado del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. Pedro está al frente del restaurante-bar con excelencia en el servicio; y su esposa, María Muntean, se encarga, con gran pericia y acierto culinario, de los fogones.

Hechas las presentaciones, decir que nos dejamos guiar en lo gastronómico por nuestro paisano que nos surtió la mesa con los siguientes entrantes a compartir: Tortilla de patatas jugosa con cebolla caramelizada; croquetas de boletus, trufa y jamón ibérico; champiñones salteados con mantequilla, ajo, langostino y Pedro Ximénez; torreznos sorianos sobre crema de patata trufada y Gyoza de rabo de toro y reducción de vino tinto. Todo para mojar y chuparse los dedos.

Los platos principales e individuales consistieron en un bacalao en tempura con pimiento confitado y salsa de marisco. Otra parte de los comensales apostaron por un solomillo de ternera con pimientos y piparras. Deliciosos tanto el pescado como la carne.

Decir, como detalle que remarca aún más el paisanaje gastronómico, que para algunos aliños y acompañamientos utilizan “aceite de oliva virgen cornicabra puro de Fontanarejo”, lo que resalta, aún más, el recuerdo a nuestro pueblo.

A los postres y el café nos acompañaron un rato Pedro y su esposa María, con quien compartimos plática. Explicaron sus primeros pasos y sus experiencias en el mundo de la restauración/hostelería y sus apuestas gastronómicas que ponen cada día en práctica y en escena a pie de mesa ante los clientes que acuden a Sukaldea.

Por otro lado , y en un momento de la tertulia, echamos la vista atrás y Pedro recordó con mucho cariño y nostalgia sus días de infancia y adolescencia cuando le encantaba ir a Fontanarejo. Narró vivencias imborrables como las “escapadas”, subidos en burra, con su abuelo Virgino (QEPD), hasta la casilla, ubicada en el paraje de El Castillejo y donde, a veces, hasta pernoctaban. También sacó a relucir los divertidos y atareados días de la tradicional y ya desaparecida matanza casera del cerdo, con su abuela Adora (QEPD) preparándolo todo -artesa, embudos, tripas, especias etc.- para embutir las deliciosas morcillas, los chorizos etc. etc.

En algún momento de la interesante tertulia vimos fotos retrospectivas de sus abuelos, su madre, sus tíos y también de paisanos que, en algunos casos, ya no están con nosotros.

Cerramos el encuentro con la entrega a esta pareja de emprendedores jóvenes de un pergamino con la historia de Fontanarejo desde sus orígenes hasta nuestros días. A Pedro le dimos una página publicada hace unos años por el diario LANZA de Ciudad Real,  que también puede leerse en este blog, en la que su abuelo Virginio (QEPD) explicaba que acababa de elaborar dos ubios de madera con las gamellas adaptadas para el arado y el carro, que había realizado de forma totalmente manual y a la vieja usanza; es decir utilizando para su ejecución el hacha, la sierra, el escoplo, el formón, la lima, la lija y, sobre todo, el talento y la maestría adquirida desde que era muy joven.

También les entregamos a Pedro y a María sendos pañuelos verdes como recuerdo simbólico de nuestras entrañables “Luminarias”. Ambos agradecieron el detalle y decidieron obsequiarnos con una botellita de aceite cien por cien fontanarejeño, que terminó cerrando el encuentro con emotivos recuerdos a nuestra tierra.

Felicitar desde este blog fontanarejeño a Pedro y a María por su trabajo al frente de este restaurante-Bar Sukaldea en el que ofrecen una exquisita cocina y un excelente servicio.

J. Muñoz

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Convocado en Facebook, por La Asiciación Amigos de la Luminarias, el XII concurso de Fotografía «Román Fernández Martín»

21 09 2019

Convocado en Facebook, por La Asiciación Amigos de la Luminarias, el XII concurso de Fotografía «Román Fernández Martín»

https://www.facebook.com/Asociaci%C3%B3n-Amigos-de-las-Luminarias-de-Fontanarejo-164333017086593/?hc_ref=ARRdjRnreyBIYXO0DGNGfg3cnDm6Kv8bysj73_-iv_I4wD4UKUDBzsR1VMZqumWBVp0&fref=nf&__tn__=kC-R

Hola a tod@s,
deciros que a partir de hoy, 21 de septiembre de 2019, se abre el plazo para que enviéis vuestras fotografías para el XII CONCURSO DE FOTOGRAFÍA “ROMÁN FERNÁNDEZ MARTÍN”.
Animaros y enviar vuestras magníficas fotografías, no importa que sean antiguas o nuevas, todas valen.
A continuación os ponemos las bases del concurso:
BASES
OBJETIVO:
Conseguir imágenes fotográficas que recojan los diferentes aspectos de las fiestas de “LAS LUMINARIAS” de Fontanarejo.
REQUISITOS DEL CONCURSO
1.- El tema será “LAS LUMINARIAS. Las fotografías podrán presentarse en blanco y negro o color y digitalizadas en formato JPG.
2.- Cada participante podrá presentar TRES fotografías como máximo, valorándose de manera independiente cada una, no como colección.
3.- Cada fotografía debe estar identificada con el título de la misma.
4.- Las fotografías se enviarán a la siguiente dirección de correo electrónico: amigosdelasluminarias@gmail.com especificando en el mismo los datos del autor: nombre, apellidos, dirección de correo ordinario o electrónico y teléfono.
5.- La participación en el concurso supone el conocimiento y aceptación de las bases del mismo.
6.- Se concederán dos premios:
• Premio a la considerada mejor fotografía artística
• Premio a la fotografía CALENDARIO 2020 (con ella se editará el calendario de la Asociación para el 2020)
RECOMENDACIONES:
• Enviar fotografías con la mejor resolución posible. Intentar evitar enviar fotografía recibidas mediante WhatsApp
• Enviar fotografías que no estén borrosas o desenfocadas. Se aconseja visualizarlas previamente en el ordenador o usando la opción de zoom de la galería de la cámara o el móvil
• Enviar fotografías con una relación de aspecto de 3:2. De esta forma no será necesario recortarlas para adaptarlas al tamaño de los calendarios
• Estas recomendaciones son solo una guía de buenas prácticas, no se rechazará ninguna foto si no se cumple alguno de los puntos anteriores
PRESENTACIÓN DE FOTOGRAFÍAS:
El plazo de presentación de las obras finalizará el próximo día 27 de octubre de 2019 a las 24 horas, no admitiendo ninguna fotografía fuera de este plazo para dicho concurso.
Un jurado calificará las obras presentadas, siendo su decisión irrevocable.
Los autores de las dos fotografías seleccionadas recibirán un obsequio de la Asociación en el acto de entrega de los ROMEROS CENCIOS 2020

La Asociación Amigos de las Luminarias





Programa de Fiestas 2019

8 08 2019

Programa Fiestas 2019

Nota.- Pica en la foto para ver el programa





“PARA LAS FIESTAS DE SANTA ANA, PINTAN LAS UVAS; Y PARA LAS FIESTAS DE AGOSTO, YA ESTÁN MADURAS”

10 07 2019

MUCHAS CASAS DE FONTANAREJO TENÍAN ANTAÑO PLANTADAS PARRAS JUNTO A  LAS PUERTAS, QUE ADORNABAN LAS FACHADAS Y PRODUCÍAN UVAS QUE SE SOLÍAN CONSUMIR CON MIGAS, SOBRE TODO EN LAS ERAS

Las “parras urbanas” formaban parte antaño del paisaje urbano de nuestro pueblo. Era muy habitual sembrarlas y cuidarlas junto a las puertas de las viviendas del casco urbano fontanarejeño. Hasta hace unos años podíamos ver estas plantaciones en numerosas calles. Unas singulares e históricas parras que, por un lado, resultaban muy decorativas al adornar las blancas fachadas con sus pámpanos verdes; y por otro producían unas uvas muy estimadas en lo gastronómico. Muchas de estas parras, que también se plantaban en los corrales y patios de las casas, producían las denominadas uvas de “teta de vaca” que estaban deliciosas para acompañar las migas que se solían comer a la hora de almorzar en las eras cuando se trillaba.

Por otro lado, nos cuentan que este tipo de uvas las consumían muchas familias para acompañar las denominadas “sopas de tomate” que, años tras, se cocinaban frecuentemente en nuestro pueblo.

Añadir también que algún fontanarejeño, que ya salta los ochenta años de edad, nos indica que incluso con estas apreciadas uvas se elaboraba antaño un licor de aguardiente o de anís.

CALLEJERO Y REFRÁN

En el actual callejero de nuestro pueblo existe la calle las Parras, una céntrica vía que va desde la Plaza Chica hasta el singular “Charquillo”  donde antaño, como se recordará, se lavaba la ropa. En esa calle hubo, tiempo atrás, varias parras plantadas, como también estuvieron visibles hasta no hace muchos años en diversas calles, plazas y rincones de Fontanarejo como la Plaza Grande (hoy Plaza de la Constitución), en la calle Don Diego- (aquí, como se recordará, hubo una histórica verbena con parras a la puerta y en el interior)-, calle Alfar, calle Mendrugo, calle Paloma, calle La Iglesia, calle Los Rasillos, calle Alcoba, carretera de Arroba etc.

Las uvas de estas “parras urbanas”, de las que ya quedan muy pocos ejemplares en nuestro pueblo, solían estar en su mejor punto de maduración en la primera quincena del mes de agosto. De ahí el dicho local que indicaba: ”Para las Fiestas de Santa Ana, pintan las uva; y para las Fiestas de Agosto, ya están maduras”. Un refrán, que también se escucha en otros lugares de España con esta ligera variación:” Para Santiago y Santa Ana, pintan la uvas y para la Virgen de Agosto ya están maduras”.

Recordar que en nuestro pueblo las dos fechas principales del calendario festivo local, -junto con las “Luminarias”/San Felipe y Santiago-, son  las Fiestas de Santa Ana, el 26 de Julio; y las Fiestas de Agosto, el 15-16 de ese mes, estas últimas en honor a San Roque y a la Virgen de la Asunción.

FRUTO Y SOMBRA

Los propietarios de estas singulares “parras urbanas” las solían cuidar con esmero y, en algunas ocasiones, hasta se emparraba el ejemplar para que diera sombra, colocando un armazón para formar la correspondiente cubierta. Todo un ritual pues las parras se solían regar, se podaban cuando llegaba el mes de febrero dejando unas elegidas yemas de donde saldrían los posteriores racimos de uvas; se procuraba “aislarlas” de moscas y avispas, se cogían los racimos ya maduros para disfrute del consumo familiar etc. Unas esperadas y deliciosas uvas que frecuentemente, como hemos dicho, se destinaban para acompañar las “migas” que, durante el verano, se comían casi a diario en nuestro pueblo para almorzar. Contundentes y riquísimas migas, con “tropezones” a base de pimientos, chorizo, tocino y, a veces, chuletas fritas de chivo o de cordero. Si a todo ello sumábamos las uvas y, para rematar, el arrope suponía un potente alimento mañanero durante el estío en época de recolección cerealista, de era, de trilla y de “encerrar la paja”. Eran tiempos, sin duda, muy duros y de una gastronomía contundente; una época pretérita en la que habitualmente también se comía cocido al medio día y pisto o “asadillo” para cenar. Sin olvidar el riquísimo gazpacho con el que, a media tarde y para refrescar la solanera, se solía llenar la andorga a la sombra de una pared o de un “sombraje”. ¡Qué tiempos!

Sirva este texto, en vísperas de las Fiestas de Santa Ana 2019, para dar cuerda al recuerdo de una de las costumbres y de las vivencias del Fontanarejo de antaño: las “parras urbanas”.

Justo Muñoz Fernández

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ANGEL ALCAIDE ESPINOSA RECIBE EL GALARDÓN “MONTEÑO DISTINGUIDO” 2019 EN UN MULTITUDINARIO ACTO CELEBRADO EN EL CASTILLO DE GUADAMUR

2 07 2019

“TENGO UNA SATISFACCIÓN MUY GRANDE, ¿QUIÉN IBA A ESPERAR ESTO”?, SEÑALA EL HOMENAJEADO

Nuestro paisano fue “alcalde de medias” durante 32 años y es un gran conocedor de las tradiciones y de las tareas agropecuarias

La Asociación Cultural Montes de Toledo ha entregado el galardón “Monteño Distinguido” 2019 al fontanarejeño Ángel Alcaide Espinosa por su gran conocimiento de las tareas  agropecuarias, por sus valores humanos, y por impulsar y mantener las tradiciones locales. Ángel  desempeñó el papel de  “alcalde de medias” durante 32 años consecutivos, manteniendo viva una peculiar tradición que se llevaba a cabo en nuestro pueblo y que consistía en la puesta en escena de un singular ritual para despedir a los novios del pueblo en la víspera de la boda.

Seguramente algunos de los lectores de este blog recordarán aquellas entrañables “Medias”, que tenían como habitual escenario el salón del “Tío Telesforo”. Unos encuentros muy apreciados dentro del costumbrismo local, en el que el “alcalde de medias” y sus dos “alguaciles” tenían un papel destacado a la hora de dar y quitar la palabra o la razón a los asistentes, así como para ir ofreciendo un vaso de vino y un trozo de “sobao” para que los congregados, formando un corro, fueran echando, cuando les tocaba el turno,  el consabido y recordado brindis que se pronunciaba siempre con esta frase: ”Señor novio, que sea para bien y muchos años, en compañía de la señora novia, los padres de usted, los padres de la señora novia y todas las personas que sean de su agrado”.

Nuestro paisano Ángel nos ha comentado que siente “una satisfacción muy grande por este reconocimiento; ¿quién iba a esperar esto?”, señaló agradecido.

La entrega de galardones, a la que asistieron más de 300 personas, tuvo lugar en un encuentro cultural celebrado en el emblemático castillo de Guadamur (Toledo), una construcción del siglo XV.  En este histórico escenario y tras la actuación de un grupo folklórico local, se entregaron las distinciones anuales que promueve la Asociación Cultural Montes de Toledo. El presidente de la citada entidad, Ventura Leblic, entregó el diploma/pergamino enmarcado a Angel Alcaide, quien dirigió al público unas breves palabras para agradecer la distinción a los responsables de la citada asociación.

En el encuentro recibieron también la distinción de “Monteños distinguidos” Venancio Sánchez Mejorado por la rehabilitación del patrimonio monteño;  Juan Antonio Sánchez Gómez por su trabajo artesano; Cáritas de los Montes de Toledo por su solidaridad rural y Gerardo Muñoz Fernández , de Navas de Estena, por sus valores humanos al frente de la Fundación AHUCE.

Previo al acto de entrega se celebró la recepción de alcaldes y autoridades que participaron en un desfile cívico acompañados por los abanderados y una banda de música hasta llegar al  auditoio de la citada localidad donde se celebró “La Llega”. Con este acto se rememora desde hace 40 años las históricas “Llegas”, que recuerda la Junta de las Cuadrillas de Los Montes creadas  para defender los intereses de los vecinos de los Montes de Toledo y que se celebraron desde el siglo XVII al XIX; y desde 1.300 formaron parte de las hermandades monteñas de Toledo, Ciudad  Real y Talavera.

La intensa jornada celebrada en Guadarmur concluyó con una cena-cóctel en los jardines del citado Castillo.

J. Muñoz

(Fotos A.C.M.T.)

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LA ASOCIACIÓN CULTURAL MONTES DE TOLEDO CONCEDE A ÁNGEL ALCAIDE ESPINOSA EL GALARDÓN “MONTEÑO DISTINGUIDO”.

26 06 2019

Reconocimiento a nuestro paisano por sus valores humanos, por ser un gran conocedor del medio rural y por haber sido “alcalde de medias” durante 32 años

 

La asociación cultural Montes de Toledo ha decidido conceder el galardón “Monteño Distinguido” 2019 al fontanarejeño Ángel Alcaide Espinosa, por sus valores humanos, por su gran conocimiento del medio rural y por su impulso de las costumbres locales, como es el caso de “La Media”, una singular tradición  en la que desempeñó el papel de “alcalde” durante 32 años.

Ángel, que acaba de cumplir 80 años, ha trabajado a lo largo de tan dilatada vida  como pastor, vaquero, cabrero y labrador. Hace poco hicimos un inolvidable recorrido por la dehesa boyal de Fontanarejo, guiados por Ángel, quien nos detalló los rincones y parajes donde antaño se ubicaron para el ganado  los sesteros, y los postueros. Un paraje donde, en otros tiempos, los pastores y vaqueros jugaban a la “Burria”, al “Trínquete” y donde también se daban los “mantazos”. Hablamos, sin duda, de un gran patrimonio agropecuario y etnográfico ya desaparecido.

Por otro lado, este paisano octogenario es un gran conocedor del patrimonio etnográfico local. Ha  sido durante 32 años, como ya se ha dicho, “alcalde de medias”, manteniendo viva durante ese largo periodo de tiempo esta singular costumbre que se celebraba en Fontanarejo como ritual de despedida del novio en la víspera de la boda. Ha participado también, entre otras actividades del costumbrismo local, como “heraldo” en la recordada gran Cabalgata de Reyes en los años sesenta (como puede apreciarse en dos de las fotos que acompañan a esta reseña); en las singulares estudiantinas y murgas del Carnaval, en la traída de las reses desde el sestero de la “vacá” hasta el pueblo cuando, antaño en las Fiestas de Agosto, se hacían los toros en la plaza montada con carros etc.

La prestigiosa Asociación Cultural Montes de Toledo entregará el citado galardón en un acto organizado para el próximo sábado, día 29 de junio, en los jardines del castillo de Guadamur (Toledo).

Junto con Ángel, recibirán también la distinción de “Monteños Distinguidos” 2019 las siguientes personas y entidades :

Venancio Sanchez Mejorado,  por su decidida intervención en  la recuperación  del Castillo de Guadamur.  

Juan Antonio Sánchez Gómez, de Guadamur continuador de la industria familiar de rejería artística, cuya calidad artesanal ha sido valorada en ambientes y edificios tan notables como la catedral de la Almudena de Madrid y otros, cuya continuidad está avalada por la trayectoria artística de su familia.

Cáritas de los Montes de Toledo en esta diócesis y en la de Ciudad Real, por su encomiable labor social con los grupos marginales y desfavorecidos en la comarca de Los Montes.

Gerardo Muñoz Fernandez, de Navas de Estena, presidente del Patronato de la Fundación AHUCE, cuya principal actividad es mejorar la calidad de vida de las personas con osteogénesis imperfecta (huesos de cristal), promover la investigación sobre esta enfermedad rara y facilitar la integración en el mundo educativo y laboral de este colectivo.

 

CELEBRACIÓN DE LA LLEGA

La jornada del próximo día 29 se iniciará a las 18,30 con la celebración de “La Llega”, en el Auditorio Municipal, un acto, que se celebra desde hace 41 años, con el que se recuerda las Juntas de las Cuadrillas de los Montes creadas para defender los intereses de los vecinos de los Montes de Toledo y que se celebraron desde el siglo XVII al XIX con este carácter y desde 1.300 formando parte de las hermandades monteñas de Toledo, Ciudad Real y Talavera .

A continuación se celebrará un desfile cívico en el que participarán las autoridades municipales de los pueblos monteños e invitados, junto a los representantes de la juventud monteña ataviados con los trajes populares de sus respectivas localidades y abanderados que concluirá en el castillo donde se ofrecerá una exhibición del folklore monteño con los tradicionales bailes de la bandera.

A las 19,30 habrá un encuentro cultural en el castillo de la localidad en el que actuará el Grupo de Danzas de la Asociación Folklórica Cultural Castillo de Guadamur.

Posteriormente, a las  21,45h, se celebrará una cena de hermandad en los jardines del castillo de Guadamur en el que se entregarán los galardones “Monteños Distinguidos”

Desde este blog enviamos la más cordial felicitación a nuestro paisano Ángel Alcaide Espinosa por este nuevo reconocimiento que se suma al que le concedió la “Asociación Amigos de las Luminarias de Fontanarejo”, que entregó hace unos años a Ángel el galardón “Romero Cencío” por su gran conocimiento del medio rural y su saber sobre las tradiciones y costumbrismo local de antaño.

También la tertulia fontanarejeña “Las Migas” le acaba de premiar con su distinción “Miguero de Tomo y Lomo”. Enhorabuena, Ángel.

J. Muñoz

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“CASA JACINTO”: TREINTA AÑOS DE BUENA MESA, CON RAÍCES FONTANAREJEÑAS

21 06 2019

CELEBRAMOS Y BRINDAMOS CON NUESTRA PAISANA TONI Y CON SU ESPOSO JACINTO POR LAS TRES DÉCADAS QUE LLEVAN AL FRENTE DEL ENTRAÑABLE RECINTO CULINARIO EN EL CENTRO DE MADRID

 

Un grupo de fontanarejeñ@s acabamos de felicitar a nuestra paisana Toni Ochoa Fiz y a su esposo Jacinto Sánchez Fernández por los treinta años que llevan al frente del restaurante “Casa Jacinto”, un entrañable recinto culinario ubicado en la madrileña calle del Reloj número 20, en pleno centro de la capital, al lado de la Plaza de España y junto al edificio del Senado. Este mes de junio de 2019 cumplen tres décadas desde que abrieron el conocido lugar gastronómico caracterizado por el buen yantar, 30 años de una esmerada  cocina y de una magnífica atención al cliente. Al frente de los fogones está Toni, y dirigiendo/coordinando el restaurante se encuentra Jacinto, ambos son los verdaderos artífices del éxito.

Quedamos a comer; y también para felicitar, brindar y para para charlar un rato con esta pareja que son, sin duda y dicho en términos tan de actualidad, grandes emprendedores. Y la jornada resultó magnífica en lo gastronómico y extraordinaria en la celebración, en la tertulia y también en el paisanaje. Hablamos, entre otras muchas cosas, de su trayectoria profesional, de sus inicios laborales en Madrid cuando eran ambos muy jóvenes. Charlamos sobre sus experiencias culinarias con los diversos negocios que han impulsado, siempre relacionados con la restauración/hostelería. Desde aquél entrañable bar “Los Torreznos”, que tuvieron años atrás en el distrito de Zarzaquemada (Leganés), hasta otro negocio relacionado con la restauración en la Plaza de Olavide. Posteriormente, en el mes de junio del año 1989, abrieron su actual establecimiento gastronómico, el ya mencionado restaurante “Casa Jacinto”. En el citado recinto sirven platos basados, fundamentalmente, en la cocina casera/tradicional en la que destacan, entre otros platos, los callos, el rabo de toro, los chipirones rellenos, el lomo a la sal, las setas con almejas, las judías estofadas, las anchoas,-(que hasta no hace mucho tiempo elaboraban ellos artesanalmente)-, la carne roja y, muy especialmente, el cocido madrileño que preparan y presentan magníficamente.

Tras soplar ambos unas velas por los 30 años cumplidos y cantarles un sonoro….!!”Cumpleaños feliz”!!, entregamos al matrimonio una composición fotográfica que recoge la fachada del ya histórico restaurante. Toni y Jacinto se sentaron con nosotros a la mesa tras los postres/cafés; y fue el momento para dar cuerda al recuerdo de sus vivencias profesionales y también de sus orígenes rurales. Con Toni recordamos su infancia y adolescencia en nuestro querido Fontanarejo, en el que ella y su familia vivieron durante muchos años en la calle Empedrada.

Jacinto echó la vista atrás para rememorar su pueblo natal Navaquesera (Ávila), un pequeño municipio abulense ubicado en plena Sierra de Gredos al que Jacinto vuelve siempre que puede a disfrutar con los suyos y a recordar sus raíces.

Decir, para concluir, que “Casa Jacinto”, un entrañable y apreciado lugar gastronómico como se ha dicho, tiene entre otros clientes habituales a senador@s, así como a conocidos artistas, escritores etc. Y también recordar, como ya conocen los seguidores del blog, que precisamente en “Casa Jacinto” se celebran muchos de los encuentros gastronómicos convocados por la tertulia “Las Migas” que impulsan un grupo de fontanarejeños. En una de las paredes del restaurante cuelga un cuadro con una página del diario LANZA de Ciudad Real, en la que, además del texto y las fotos, se lee el siguiente titular: “La tertulia “Las Migas” une a Fontanarejo y Madrid.

Por otro lado, Toni asistió como invitada a la citada tertulia con motivo del Día Internacional de la Mujer 2016. Un encuentro miguero, al que también asistió su esposo Jacinto, celebrado en la Casa de Castilla La Mancha en Madrid.

Muchas felicidades a Toni y Jacinto desde este blog fontanarejeño por esos 30 años de buen hacer gastronómico y de excelencia en el servicio.

…..…!! Y QUE CUMPLAN MUCHOS MÁS !!.

J. Muñoz

 

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DECIMOSEXTA “CARROLA”: GOZOSA Y ESPLENDIDA JORNADA

10 06 2019

Dos estimadas personas, fontanarejeñas de pura cepa, doña Silvia Muñoz Pavón y don Esteban Muñoz Gutiérrez asistieron al anual encuentro de la “Carrola”.

La cálida aurora, del uno de junio, auguraba día tórrido. Y no defraudó. Nos acompañó, en primavera, el verano desatado.

Otro año más, y van dieciséis,  la Asociación Amigos de las Luminarias cumplió con el ritual celebrando un encuentro donde la degustación de la gastronomía autóctona y el debate tertuliano  se funden enriqueciendo a los asistentes.

Este año los invitados han sido don Esteban Muñoz Gutiérrez y doña Silvia Muñoz Pavón. Ambos han trabajado como taberneros desde el día veinticinco de julio de mil novecientos ochenta y tres,  hasta el cierre del establecimiento, el treinta de agosto de dos mil dieciséis. Fueron treinta y tres años regentando su bar, “El Cazador”, en Fontanarejo de los Montes. Con ellos compartimos mesa y mantel.

El escenario tuvo lugar en la dehesa boyal, en el paraje denominado “Cañá la Laguna”. Un marco sin par. A la sombra de sus chaparros holgamos respirando el aroma tardo primaveral, en una impoluta naturaleza.

Comenzamos la reunión con diversidad de exquisitos entrantes: quesos de la comarca, tortillas, alguna de espárragos autóctonos, y todo acompañado de buen vino. El ágape consistió en una deliciosa caldereta acompañada del respectivo “revientalobos”. Todo ello, como siempre, realizado con excelente maestría por don Ceferino Muñoz Muñoz.

Tras la comida, comenzó una animada e interesante tertulia donde los taberneros recordaron sus comienzos, en un negocio novedoso para ellos, y  que incluso Esteban, hijo de una tabernera mítica la Tía Isabel, no tenía tablas para afrontar el futuro con convicción, dado que él siempre había trabajado en el campo, y en trabajos ajenos a la restauración.

Se recordaron aquellos tiempos, en los que los bares de  nuestro pueblo eran lugares de encuentro para sus gentes.

Por las mañanas temprano, los hombres acostumbraban a juntarse en el bar a tomar unas copas de anís u otros licores, antes de ir a trabajar al campo.

Las tabernas, por las noches, se llenaban de personas  que se sentaban en las mesas y charlaban compartiendo una jarra de vino o de cerveza (aún no existía la televisión). No era lo habitual beber en la barra. Más tarde, en los años setenta, los jóvenes pusieron de moda los barreños de ponche, cerveza, sangría y cubatas. Hubo alusiones a los “oropéndolos y a los invasores”, dos grupos de jóvenes, que en buena armonía, manifestaban dos visiones diferentes de ver la vida, la moda y la música.

Cuando Esteban y Silvia comenzaron su vida de taberneros, ya, se había producido un cambio importante. La gente  tenía un mayor nivel económico y el consumo era diferente las personas alternaban en la barra, chateando a mediodía y a última hora de la tarde; por la noche, se alternaba en la barra y el personal consumía cubalibres.  Generalmente, se recorrían los distintos bares sin practicar el sedentarismo. Eran otros tiempos.

Tras la tertulia, a los convidados se les impuso el pañuelo y el sombrero distintivos de nuestras ancestrales “Luminarias”, y se les entregó un pergamino con la historia de nuestro lugar. Acto seguido, los agasajados firmaron en el libro de honor de la tertulia la “Carrola”.

Nos despedimos gozosos de haber pasado un día afortunado.

Juan Manuel Gómez Fernández

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Esternón de Vicente Navarro

24 05 2019

Videoclip del primer disco en solitario de mi hijo Vicente.

Espero que os guste.

Juan Ramón

(Aunque salgan otros videoclips-anuncios en el marco de Youtube, pica en Vicente Navarro en la parte de arriba)





Acto de entrega premios “Romeros Cencíos 2019”

7 05 2019

Los premiados  con el galardón  “Romeros Cencíos 2019”  son: Benedicta Muñoz Romero, los Hermanos Fernández Arias e Irene López Ruiz.

Un año más, la Asociación “Amigos de las Luminarias” efectuó, el uno de mayo, su tradicional entrega de premios “Romeros Cencíos”.

La ceremonia, se celebró en el Centro Social Polivalente, fue dirigida y presentada por Federico Muñoz Muñoz.

Comenzó el acto con el agradecimiento a los asistentes por su presencia y felicitando a los alumnos y a los maestros de la escuela pública de Fontanarejo de los Montes por la elaboración de un mural sobre la tradición de “Las Luminarias”. Igualmente, se felicitó a las niñas y niños que asisten a la Ludoteca y a quien la dirige  por la confección de un mural sobre la tradición mencionada, y también a aquellos que presentaron diversos dibujos sobre la fiesta.

El presidente de la Asociación, Anselmo Martín Fernández, informó de la inclusión de las Luminarias en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de Castilla La Mancha. Una buena noticia para la permanencia  de las Luminarias.

A continuación, hubo un reconocimiento a don Gregorio Gutiérrez Sánchez por sus 100 años cumplidos. Su hija, Dioni, recogió un diploma y una preciosa garrota personalizada para uso y disfrute de su padre, en homenaje a su longeva edad.

El acto prosiguió con la entrega de diplomas y pañuelos a los nacidos en 1953, con motivo de su jubilación y en reconocimiento a su esfuerzo en pro de las tradiciones de Fontanarejo de los Montes, y en especial la de las Luminarias. Se mencionaron algunos datos de ese año 1953, entre otros, que la población española era 28-29 millones de habitantes y la del pueblo rondaba los 900.

Lo siguiente fue la entrega de los premios de fotografía “Román Fernández Martín”. Dichos premios llevan este nombre como homenaje a Román, que fue socio fundador y secretario de la asociación desde sus inicios. Entregó el premio su hijo Iván Fernández Rodríguez. Los premios han consistido en un grabado de la fotografía ganadora. El premio a la fotografía con la que se editó el calendario de bolsillo 2019 y el premio a la fotografía artística han confluido en la misma obra, presentada por  María Muñoz Arias. Se felicitó a todos los participantes y  se animó a la participación en el próximo concurso.

Recogió el premio Eloy, padre de María, que mostró su agradecimiento por tal distinción.

Posteriormente se procedió a la entrega de los premios “Romeros Cencíos 2019” acto central de la velada, con los que esta asociación reconoce el esfuerzo, trabajo y valores de personas, grupos o instituciones en su trayectoria profesional o vocacional. Los premios consisten en  la entrega de un grabado de la fotografía institucional de las Luminarias, una foto del casco urbano de Fontanarejo de los Montes en pleno encendido de las lumbres de romero, en tamaño A3 personalizada con un reconocimiento a su labor y el característico pañuelo verde.

Recibió el premio “Romero Cencío 2019” en primer lugar Benedicta Muñoz Romero.  La presentación y entrega la realizó Rubén Fernández Martín que valoró, de forma muy emotiva, la capacidad emprendedora y de sacrificio de esta mujer que en los años sesenta, con ciertas limitaciones físicas, regentó un comercio,  atendió a las tareas domésticas y crió a sus tres hijos.  Por otra parte, se destacó que Benedicta ha tenido gran interés en adquirir formación cultural teniendo mucha afición por la lectura.

Recogió el premio su hija Benedicta,  muy emocionada, y agradeció con una breve alocución la delicada  exposición de Rubén y la distinción otorgada a su madre.

El siguiente galardón “Romero Cencío 2019” se otorgó a los Hermanos Fernández Arias. La presentación y entrega la realizó Juan Manuel Gómez Fernández que destacó la aptitud comercial y el  arrojo emprendedor que acometieron innovando en las relaciones comerciales. Y señaló que la labor más significativa fue su vinculación “festivo comercial” con los clientes, referida a la permanente venta de helados durante el estío. Asimismo, se valoró la permanente añoranza de su pueblo y sus raíces, nunca olvidadas, pese a la bonanza vivida en la migración.

Recogieron el premio Serafín, María Ángeles y Máximo, muy emocionados y plenos de gratitud.  Serafín agradeció a la Asociación la concesión del premio y en un breve y emotivo discurso recordó con añoranza los años vividos en Fontanarejo de los Montes, y cómo  sentían nostalgia esperando venir unos días a su pueblo, porque aquí todo el mundo se conoce y se encontraban y se encuentran rodeados de amigos en contraposición a la deshumanización de las grandes ciudades.

En tercer lugar, se entregó el premio “Romero Cencío 2019” a Irene López Ruiz. Hizo la presentación Anselmo Martín Fernández que destacó la tenacidad deportiva de esta chica de diecisiete años que ha pasado por diversas categorías dentro del fútbol, y que ha culminado con el campeonato del mundo de juveniles con la selección española de fútbol femenina. En dicho campeonato recibió la bota de bronce. Irene compatibiliza su preparación deportiva con los estudios. Es una joven estudiosa y responsable. Sus padres la apoyan en ambas facetas sin ninguna reserva.

Recogieron el premio sus padres, Vicente y Pilar. Irene no pudo estar presente por sus compromisos deportivos y académicos en estas fechas. Sus padres mostraron un profundo agradecimiento por el galardón otorgado a su hija.

Coincidiendo con estas fechas, un humilde equipo infantil, de un pequeño pueblo de Ciudad Real (Alcoba de los Montes), se proclamó campeón provincial de fútbol sala. En el citado equipo juegan dos niños de Fontanarejo de los Montes: Carlos y Román. Muchas felicidades y enhorabuena  a este heroico  equipo.

El acto finalizó con un vídeo generosamente cedido por Carlos Miró González, en el cual se ve la actuación de sus tres hijas ejecutando varios fragmentos de danza clásica. La espectacular interpretación de las tres niñas fue un cierre áureo  vitoreado con gran entusiasmo por el público asistente

Destacar que durante toda la sesión se emitió un audio-visual realizado por Roberto García García que acompañó y amenizó cada una de las partes del acto.

Se cerró la velada felicitando a los galardonados y dando las gracias, de nuevo, a todos los  participantes y asistentes por su presencia.

Juan Manuel Gómez Fernández

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La plataforma No a la Mina de Fontanarejo alerta de los peligros radiactivos de los fosfatos

21 01 2019

Leído en:

https://www.lanzadigital.com/provincia/fontanarejo/la-plataforma-no-a-la-mina-de-fontanarejo-alerta-de-los-peligros-radiactivos-de-los-fosfatos/

Otros enlaces:
https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/abci-alertan-sobre-riesgos-radiactivos-explotacion-minera-fontanarejo-201901201852_noticia.html

https://www.eldiario.es/clm/Alertan-posibles-isotopos-radiactivos-Fontanarejo_0_859514288.html

El químico Ángel de la Cuesta cree que el Consejo de Seguridad nuclear debería intervenir en este caso

La plataforma No a la Mina Plataforma y Ecologistas en Acción han promovido una charla en Fontanarejo para alerta de los peligros radioactivos asociados a los fosfatos que se pretenden extraer en la comarca si se autoriza el proyecto minero.

El ponente fue  Ángel de la Cuesta, químico nacido en Fontanarejo “y con dilatada experiencia profesional en el campo de la minería”, explica la plataforma en un comunicado, que expuso sus conocimientos sobre los elementos radioactivos que de forma natural acompañan a los fosfatos (ytrio, uranio y radón, principalmente).

También expuso  las dudas fundamentadas “de que el yacimiento que se planea explotar carezca de estos elementos, como figura tanto en el estudio de impacto ambiental de los promotores como en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Ciudad Real en la resolución de finales de octubre del año pasado”.

En un área de radioactividad natural

De la Cuesta dice que Fontanarejo se encuentra en un área de radioactividad y concentración de radón medio-alta que podría estar causada por estos elementos radioactivos naturales. También que de las cinco zonas más contaminadas por radioactividad en España, tres están causadas por los fosfatos.

El químico también explicó que los datos que manejan los promotores de la mina sobre la composición de los fosfatos “datan de los primeros estudios de los años ochenta, mientras han realizado un proyecto de investigación durante más de diez años y no aportan ningún análisis realizado con tecnología reciente”.

El científico también cuestionó que declaración de impacto no haya ni mencionado al yacimiento de fósiles de importancia internacional del cerro del Águila y al poblado arqueológico neolítico, a escasos metros de la mina proyectada.

La conclusión del ponente fue que el Consejo de Seguridad Nuclear debería intervenir en este caso para dilucidar mediante los estudios correspondientes si existe riesgo de irradiación radioactiva.

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Foto propiedad de Lanza Digital

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Foto propiedad de Lanza Digital

 





“ZAMBOMBA, ZAMBOMBA; CARRIZO, CARRIZO”…

27 12 2018

LA PECULIAR ZAMBOMBA, ELABORADA ARTESANALMENTE CON LA PIEL SECA DE LA VEJIGA DEL CERDO TRAS LA TRADICIONAL MATANZA, ERA ANTAÑO EL ACOMPAÑAMIENTO SONORO PARA PEDIR EL AGUINALDO POR LAS CASAS DE NUESTRO PUEBLO

 

Estaba deseando que llegara la época de la tradicional matanza del cerdo, que solía coincidir con el final del otoño -(11 de noviembre festividad de san Martín)-, y el principio del invierno. La muchachada de Fontanarejo esperaba expectante el acontecimiento por dos motivos fundamentales: esa jornada no se solía asistir a la escuela y, además, l@s muchach@s se divertían de lo lindo con un ritual festivo-matancero que consistía por un lado en hacer migas en el paraje de “Las Tres Escalerillas” con la “pajarilla” y el testuz del guarro; y por otro en columpiarse en “el mecedor”, un rústico columpio que se preparaba con una soga colgando y atada a la rama de un chaparro u olivo. Eran, sin duda, otros tiempos inolvidables que aún perduran en el recuerdo de varias generaciones.

Y si, además, de tan celebrada y espera jornada matancera se obtenía la materia prima- (la piel de la vejiga del cerdo) -para elaborar la peculiar y tradicional zambomba, comprenderán que la “chiquillada” estaba contenta y feliz ante un acontecimiento tan atractivo como deslumbrante para un mundo infantil que, por aquél entonces, no conocía la televisión; y menos aún todo el mundo cibernético y digital posterior.

Hay que reseñar, por otro lado, que en algunos pueblos monteños de la zona también se hacían zambombas con piel de conejo tensada sobre un corcho, como se aprecia en la foto que acompaña este texto, facilitada por un amigo de Horcajo de Los Montes. La otra foto de zambombas que aparecen aquí me las han proporcionado unos amigos de Fernán Núñez (Córdoba).

Una letrilla de un villancico ya lejano reflejaba cómo el hato de los pastores y gañanes era, en tiempos pretéritos y de escasez, bastante parco: “Zambomba, zambomba; carrizo, carrizo/ los hombres del campo no comen chorizo/ que comen patatas y pimientos fritos”.

Volviendo al costumbrismo local de antaño, decir que el día de la matanza del gorrino era, tiempo atrás y como he referido, una jornada muy señalada en el calendario lúdico-gastronómico local. Hay un dicho que describe esa fecha como muy pantagruélica en el yantar: “Tres días hay en el año que se llena bien la panza: Jueves Santo, Viernes Santo  y el día de la matanza”. Cabe recordar que en la Semana Santa de antaño en nuestro pueblo se disfrutaba de una rica gastronomía a base de potaje con “pelluelas” y collejas, tortilla de espárragos silvestres, escabeche, arroz con leche, canutillos, rosquillas, “sapillos” etc.

ELABORACIÓN ARTESANAL DE LA ZAMBOMBA

En medio de tanto ajetreo matancero en el que se empleaba a fondo toda la familia y que se traducía en lavar las tripas del cochino, condimentar el “morondongo” y la “moraga”, embutir  las morcillas, los chorizos, despiezar los jamones, los tocinos, los lomos etc.….había siempre un momento importante que consistía en apartar la vejiga del cerdo para elaborar la tradicional zambomba. La citada casquería marrana se solía someter a un proceso de estezado sobre alguna madera o puerta y, a continuación, se inflaba soplando y dejándola orear unos días. Después se colocaba la piel, ya bien seca, atándola tensa con un bramante sobre la boca de un cántaro o puchero roto o en desuso y se le instalaba una paja en el centro, que en nuestro pueblo era habitualmente de centeno. ¡Y ya estaba lista para hacer sonar la ruidosa y ronca pieza!.

La artesanal  zambomba, junto con alguna pandereta, eran los instrumentos de acompañamiento que se utilizaban a la hora de acompañar los tradicionales villancicos que se cantaban por las casas cada día 24 de diciembre al anochecer. Se trataba de un curioso ritual protagonizado por bulliciosos grupos de muchach@s que se presentaban a la puerta de las casas y, tras golpear con el llamador, gritaban un contundente:”¿Se canta , o se reza?”. Tras recibir el consiguiente permiso de acceso, la cuadrilla entraba hasta la cocina y cantaban unos tradicionales villancicos acompañados por el inconfundible, ronco, monótono y fuerte sonido de las zambombas. Así comenzaba el cántico navideño”Tengan ustedes buenas noches/ Señor@s y señoritas/ Que una noche como esta/ Se reciben las visitas”.

Por otro lado, y si se había registrado algún óbito reciente en la familia, entonces se solía pronunciar un solemne “cuanto lo sentimos” y se rezaba un Padrenuestro y un Avemaría.

Tras el emotivo ritual, en forma de cántico o de rezo, se les solía obsequiar al grupo infantil con algún presente a modo de aguinaldo. En tiempos pretéritos y de escasez  incluso cuentan los más mayores que se les daba un puñado de castañas, nueces o bellotas. De aquí seguramente nacería esta letrilla de un villancico que se cantaba entonces: “No quiero bellotas rotas/ Ni castañas con “ventanas”/ Quiero lomo y longaniza/ Para almorzar por la mañana”. Después llegaron los presentes más gastronómicos dándoles mantecados, embutidos, lomo etc.. Y  ya más tarde recibían dinero como aguinaldo…. alguna peseta o “duro”.

Otra tradición fontanarejeña, marcaba que la jornada siguiente, el Día de Navidad, las cuadrillas que había pedido el aguinaldo por las casas la noche anterior, se juntaba en la vivienda de alguno de los componentes para comer unas migas, un arroz con pollo o lo que surgiera.

Sirva este texto con recuerdos del antaño más fontanarejeño para felicitar las Fiestas Navideñas y desear un venturoso y próspero año nuevo 2019, que está a punto de entrar.

J. Muñoz

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