Fontanarejo en la Guerra de la Independencia. Artículo de Ventura Leblic

7 08 2008

En el programa de las fiestas de agosto aparece este interesante artículo de Don Ventura Leblic, Presidente de la Asociación Cultural Montes de Toledo.

Este documento es un dato más para el conocimiento de la Historia de nuestro pueblo.

Fontanarejo en el Bicentenario de la guerra de la Independencia (1808-1814)

En 1808 sufren los franceses en Bailén su primera gran derrota en Europa. El
rey intruso y el ejército retroceden hasta el Ebro. Se crea en España un vacío de
poder que es suplido por las Juntas Provinciales organizadas por representantes de
todos los estamentos y una Junta Suprema Central que asume el poder en nombre
de Fernando VII.
Vuelve el ejército francés y tras sucesivas derrotas infringidas a los ejércitos
españoles o lo que quedaba de ellos, ocupan toda la mayor parte de la Península.
Sólo la reacción del pueblo quien se levanta en armas organizándose en guerrillas
colabora definitivamente a salvar la difícil situación, creando un estado de inseguridad
permanente a las tropas de ocupación, evitando la libertad de sus
movimientos y dividiendo sus efectivos.

La Junta Provincial de Toledo se dispersa y parte de sus integrantes se refugian
en los Montes, entre ellos se encuentra el Teniente Coronel D. José González
de la Torre, quien se encarga de organizar e instruir a la guerrilla en los Montes de
Toledo. Crea una importante red de espionaje y servicio de información infiltrándose
en el propio ejército francés, al servicio de la Junta Central refugiada en Cádiz
y distribuye las partidas en la periferia de la comarca, cerrando al ejército francés
el paso al interior de los Montes, que se organizan como un islote libre de la presencia
y control francés. Desde estas posiciones, la guerrilla crea problemas constantes
a los franceses, capturando correos, atacando retaguardias, saboteando posiciones,
eliminando pequeños destacamentos, evitando saqueos…
La existencia de esta zona libre en los Montes de Toledo fue decisiva no solo
para la acción guerrillera que siempre encontró en ella un refugio seguro en sus
retiradas tras los ataques rápidos, sino para la organización del propio ejército
nacional.
En 1811 la regencia creó el 5º Ejército al mando del General Castaños en
Extremadura, quien por la presencia numérica de las fuerzas enemigas acaba en
nuestro refugio monteño. En Agudo se crea la Junta de Subsidios, subdelegada de
otra superior, cuya función es conseguir recursos para la guerra y aliviar a la
población civil, siguiendo la Real Instrucción de 18 de marzo de 1811.
La Junta de Subsidios la formaban D. Ramón Antonio Picó, D. Francisco
Javier Pinilla y el licenciado José Antonio Arenas. En Agudo se vieron rodeados
por el enemigo, quienes les impedían ejercer sus funciones. Ante este acoso y bajo
la protección del general Pablo Morillo se retiró a Ciudad real en 1812. De aquí
también tuvo que salir por lo inseguro de aquella población y refugiarse en
Fontanarejo, desde donde se organizó la administración de subsidios, permaneciendo hasta que la Mancha fue liberada del ejército francés.

Es importante destacar la importancia del “islote monteño” donde se instalaron
instituciones de gobierno y resistencia. El centro de operaciones de la guerrilla
operó generalmente desde Horcajo de los Montes. En Anchuras residía de manera
clandestina la autoridad eclesiástica de la diócesis de Toledo como representante
del arzobispo cardenal Borbón, Presidente de las Cortes de Cádiz y en Fontanarejo
se instaló la autoridad civil que conocemos. Esta pequeña administración general
constituida en los montes de Toledo ejerció gracias a la colaboración de los habitantes
de los pueblos monteños que participaron activamente en su mantenimiento
con la habitual hospitalidad que los caracteriza, y respondieron con la responsabilidad
de los buenos españoles ante la situación en la que vivía la Nación. La
guerrilla puso de su parte la defensa del “islote monteño” y dio seguridad al ejercicio
de las funciones de aquellas instituciones que sobrevivieron entre nuestros
vecinos. Esta fue la gloria del pueblo monteño. No intervino en grandes batallas
pero contribuyó a la victoria defendiendo la dignidad e independencia de España
con sus sacrificios que sin duda los hubo, lo que constituyó su gran aportación a la
nueva Nación que comenzaba a emerger, afirmando que la soberanía nacional
residía en el pueblo y todos los españoles eran iguales ante la ley.
Este fue el primer paso para la emancipación de los pueblos monteños del
dominio toledano. Las Llegas reclamaron la independencia municipal a las Cortes
Españolas una y otra vez. Hasta que en 1827 los pueblos de los Montes de Toledo
consiguieron su autonomía y nacieron como municipios. La Guerra de la
Independencia había sido su primer ensayo.
Después nos dividieron entre dos provincias. Ellos sabrán por qué y a quién
le interesaba. Pero a los pueblos no los une la administración, sino la conciencia de
pertenecer a un territorio y a una comunidad cultural, en este caso, a los Montes de
Toledo.

Ventura Leblic García
Presidente de la Asociación Cultural de los Montes de Toledo
La Asociación Cultural de los Montes de Toledo se fundó en 1977 y tiene carácter
comarcal, comprendiendo los diecisiete pueblos históricos y otros más de los territorios adyacentes en Toledo y Ciudad Real, que reivindica la identidad y personalidad cultural de la comarca de los Montes de Toledo.


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